bruselas. La Presidencia española de la UE y la Comisión Europea se han propuesto que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se celebra hoy en Bruselas sirva para concretar los pasos que se han dado en los últimos meses hacia la creación de una verdadera unión monetaria.
Así lo han explicado el secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, y el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, en un debate en el Parlamento Europeo.
"El mensaje que debe salir del Consejo Europeo es que la política económica en Europa la dirige la UE", señaló López Garrido, que insistió en que es necesario avanzar hacia una "unión económica que merezca el nombre de tal".
El representante español recordó ante el pleno de la Eurocámara las importantes medidas acordadas recientemente a nivel comunitario para luchar contra la crisis y abogó por seguir progresando en esa línea, con todos los Estados miembros actuando unidos bajo la batuta de Bruselas.
El mensaje de España coincide con el expresado por una mayoría del Parlamento Europeo, que se ha unido para reclamar una verdadera gobernanza económica europea liderada por la Comisión Europea en defensa del interés común.
El guante lo recogió Durao Barroso, que recordó que la CE es según los tratados "el gobierno económico de la Unión Europea" y que asumirá "totalmente sus responsabilidades".
Barroso recordó que en los últimos meses la Unión "ha tomado decisiones que habrían sido difíciles de imaginar hasta hace poco", como el paquete de ayuda a Grecia y el mecanismo para tratar de estabilizar el euro ante la presión de los mercados.
Confió, por ello, en que los líderes mantenga la ambición y respalden mañana las propuestas de la CE para reforzar la disciplina fiscal y la vigilancia macroeconómica en la UE y que den un impulso a la estrategia de crecimiento y empleo para los próximos años.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defenderá en la cumbre la solvencia de las finanzas españolas ante los continuos "rumores especulativos" que distorsionan los mercados, según han avanzado fuentes del Ejecutivo.
Zapatero rechazará también cualquier posible modificación del Tratado europeo para sancionar a los países que incumplan los objetivos económicos comunitarios y la disciplina fiscal.
El Gobierno, según han explicado las fuentes, no es contrario a fijar sanciones para los Estados que no respeten los compromisos adquiridos, pero está convencido de que el Consejo Europeo puede adoptar medidas sin volver a paralizar las instituciones europeas con una reforma de los tratados, como ha sugerido Alemania.
No está previsto que Zapatero pida a sus socios comunitarios que defiendan de forma explícita la solidez de la economía española, cuestionada en las últimas semanas por varios medios de comunicación europeos, pero es previsible que en los contactos informales que mantenga con el resto de líderes subraye la salud de las finanzas del país.