Las fuerzas afganas mataron ayer a dos insurgentes envueltos en un burka y equipados con chalecos suicidas que intentaban asaltar la Jirga (o asamblea) de la Paz, que ya se inauguró ayer. De este encuentro, que reúne a los jefes tribales afines al Gobierno de Karzai, se espera que salga el "germen" para poner en marcha el delicado diálogo con los grupos insurgentes. Pero el de los dos terroristas abatidos no fue el único ataque contra la Jirga. El impacto de dos proyectiles también saludó a la asamblea. El primer cohete cayó en el área de Badam Bagh de Kabul, a unos 600 metros de la carpa habilitada para la asamblea justo cuando el presidente afgano, pronunciaba el discurso de inauguración. El segundo de los proyectiles llegó a penetrar en el recinto sin causar víctimas.