vitoria. Tras los partidos políticos, las asociaciones de víctimas, las organizaciones pacifistas y los diferentes agentes de la comunidad educativa, ayer fue el ararteko, Iñigo Lamarca, quien expresó su opinión sobre la reforma del Plan de Educación para la Paz. Pero, más que una opinión cerrada, Lamarca prefirió aferrarse a su papel institucional y transmitirla como un llamamiento a través del que pidió a todos los partidos que hagan un "esfuerzo máximo" para que el pulso político no se lleve por delante los delicados consensos que se alcanzaron sobre esta materia la pasada legislatura.
En su opinión, aquél consenso evidencia que ahora también tiene que haber margen para llegar a un acuerdo sobre este tema.
"preservar el activo" Lamarca subrayó que sería conveniente dar más relevancia a la opinión de los expertos en la elaboración de este nuevo plan y explicó que estos podrían ayudar, por ejemplo, a articular una fórmula consensuada que defina cómo se podría llevar el testimonio de las víctimas a las aulas de la forma más pedagógica y eficaz, preservando así "el activo" que significó que la práctica totalidad de las fuerzas presentes en el Parlamento Vasco compartieran que era conveniente que los escolares conocieran las historias de las víctimas, superando el debate que ahora ha suscitado si lo deben hacer estando presencialmente en las aulas o a través de formatos audiovisuales.
En una entrevista concedida a ETB, el ararteko reconoció que está siguiendo "con interés" el tránsito de esta reforma porque es un tema "ciertamente importante" que afecta a "nervios centrales del país" como son la convivencia y las relaciones sociales. Pero, a su juicio, el punto de partida no puede ser otro que la Ley de reparación de víctimas del terrorismo, que fue aprobada con un respaldo político "casi inaudito en este país", lo que significaría devolver el debate a los principios que marca precisamente esa ley: uno de ellos, contar con el testimonio de las víctimas pero, según subrayó, de las causadas por "todos los grupos terroristas".
Desde el ámbito puramente político, mientras la filtración de una llamada del líder jeltzale, Iñigo Urkullu, al lehendakari confirmaba que ambos siguen tratando de limar diferencias para sacar adelante este Plan con el máximo consenso político posible, las juventudes de Aralar lamentaban que se haya dejado de lado la opinión de otro de los colectivos a los que afectará más directamente la reforma: el alumnado.