Bruselas. El primer ministro de Bélgica, Yves Leterme, presentó la dimisión el pasado jueves tras abandonar los liberales flamencos la coalición del gobierno por falta de avances en la escisión del distrito electoral de Bruselas-Hal-Vilvoorde, una polémica sobre derechos lingüísticos que divide a flamencos y francófonos desde hace años. Desde entonces, el rey Alberto II mantenía en suspenso su decisión con el objetivo de ganar tiempo y que la calma volviera a la coalición de gobierno.
Ayer no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia y aceptar la caída del segundo gobierno que dirige el democristiano Leterme desde que fuera elegido en las legislativas de junio de 2007.
Ni las consultas iniciadas el pasado jueves y viernes, ni los contactos del viceprimer ministro, el liberal francófono Didier Reynders, a quien el monarca encargó la misión de relanzar las negociaciones dieron sus frutos. Pasadas las cinco de la tarde Reynders abandonaba su tarea. Poco después de las seis, Leterme se reunía de nuevo con Alberto II y los rumores cobraban fuerza: bloqueo total. Tras casi cuatro días de incertidumbre el rey aceptaba la dimisión del gobierno. El detonante de la crisis política son los derechos lingüísticos en el distrito electoral de BHV, que agrupa a Bruselas, a sus 19 comunas y a otras 35 del Brabante flamenco. En media docena de ellas, pese a estar situadas en territorio de Flandes, existen facilidades para los residentes de habla francófona que en vez de tener que votar por listas flamencas en las elecciones o ser juzgados en flamenco pueden optar por políticos francófonos y ser juzgados en francés, el mismo derecho que tienen en Bruselas, la única de las tres regiones que tiene carácter bilingüe. La partidos políticos flamencos quieren terminar con esta facilidad y garantizar que el flamenco será la única lengua oficial.
elecciones anticipadas Después de años de debates, algunos como el Open VLD mantenían su ultimátum e insistían en una solución urgente. Precisamente, por la falta de avances sobre esta cuestión decidieron abandonar el jueves pasado la coalición de gobierno dejando al gobierno de Leterme con los votos suficientes pero en clara minoría -con tres partidos francófonos y sólo uno flamenco- en un país basado en el equilibrio de comunidades. Desde entonces habían dado muestras de que podían acercar posiciones pero su intención era votar la escisión el próximo jueves en la sesión plenaria de la cámara, algo inaceptable para los francófonos. Las reacciones tras la decisión no se hicieron esperar. Para la presidenta de los demócratas humanistas, Joelle Milquet, "no ha habido ninguna voluntad de la parte del Open VLD, sino de lanzarse a un show mediático", criticaba. En su opinión la disolución de las dos cámaras tampoco es la solución porque otro partido flamenco podría reemplazar a los liberales flamencos en la coalición del gobierno. Aunque el gobierno de Leterme seguirá en funciones, la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, aunque no es la única solución, parece inminente. Podrían tener lugar a principios de junio, poco antes de que Bélgica asuma la Presidencia de la UE que por turno le toca durante el segundo semestre del año 2010.