jerusalén. El presidente palestino, Mahmud Abbas, hizo ayer un llamamiento al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que imponga una solución al conflicto con Israel, mientras el enviado de la Casa Blanca, George Mitchell, prosigue sus contactos en la zona. "Señor presidente (Obama) y miembros de la Administración estadounidense. Ustedes creen en esto (la creación de un Estado palestino), así que deben trabajar en pro de una solución e imponerla", dijo Abbas ante el Consejo Revolucionario de su partido, Al-Fatah, reunido en la ciudad cisjordana de Ramala. "Si no lo hacen", prosiguió, "seguirá ganando peso entre los palestinos la idea de poner fin al conflicto de Oriente Medio con la formación de un Estado binacional" en toda la Palestina histórica (que recibió un notable porcentaje de apoyos en una encuesta reciente), en vez de hacerlo por medio de la creación de un Estado palestino, junto al israelí.

Los palestinos "están deseosos de alcanzar la independencia y nunca han pensado en alternativas, pero las prácticas de la ocupación israelí y sus trampas sobre el terreno les están empujando a buscar alternativas", agregó. Abbas también rechazó la idea de un Estado palestino con fronteras temporales, que según publicó ayer el diario Haaretz, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha empezado a ver con buenos ojos como una forma de poner fin a casi año y medio de parálisis del proceso de paz.

Abbas mantuvo anoche en Ramala un encuentro con Mitchell que, según el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, concluyó sin avances.

Mitchell se reunió con los principales dirigentes israelíes y palestinos y continúa hoy con suma discreción sus contactos para tratar de devolver a las partes a la mesa de negociaciones, que por primera vez serían en formato indirecto, con él mismo como mediador, y no cara a cara. El senador se entrevistó por la mañana con el primer ministro palestino, Salam Fayad, dijeron fuentes diplomáticas estadounidenses sin aportar más detalles sobre el encuentro o el resto de la agenda. Entre las medidas figura la liberación de unos mil de los más de 7.000 presos palestinos en cárceles israelíes, la relajación del bloqueo sobre Gaza y la retirada de algunas barreras al movimiento en el territorio ocupado de Cisjordania.

El rotativo, editado en Londres, matiza que Netanyahu ha rechazado en cambio detener la ampliación de las colonias judías en Jerusalén Este y entregar el control de la seguridad en más puntos de Cisjordania a las fuerzas del orden de la ANP.