vitoria. Siguiendo los pasos que el Parlamento Vasco dio la pasada legislatura, el Parlamento de Navarra aprobó ayer la Ley Foral de Ayuda a las Víctimas del Terrorismo. Y siguiendo el guión marcado por las diferencias que surgieron entonces, tampoco ayer se consiguió un apoyo unánime a la nueva ley, ya determinadas lagunas hicieron que Nafarroa Bai se abstuviera a excepción de uno de sus parlamentarios, Ioseba Eceolaza (de Batzarre), que sumó su apoyo a los de UPN, PSN, CDN, e IUN en la votación final para aprobar la ley.

La norma, impulsada por el PSN, tiene por objeto "rendir homenaje y expresar el mayor reconocimiento posible a las víctimas del terrorismo", en particular, a las del "terrorismo de ETA" y recoge una enmienda destinada a reflejar ante él "la permanente repulsa" de los navarros.

Una vez recalcada con "claridad y contundencia la prioridad" de esta ley, que es la de situar el foco sobre la violencia de ETA, la norma deja también constancia de que "no hay razón alguna para obviar situaciones de violencia terrorista como las del GAL y grupos de extrema derecha" que, según afirma a pesar de los recientes ataques protagonizados por la extrema derecha en la comunidad foral, hoy han desaparecido.

La ley se aplicará a aquellos actos que hayan tenido lugar desde el 27 de junio de 1960, cuando sitúa la "fecha de la primera víctima de una acción terrorista de ETA".

Eceolaza, ayer verso suelto de Nafarroa Bai, justificó su voto a favor por su voluntad de reparar el injusto abandono que históricamente han sufrido las víctimas, pero adelantó que en lo sucesivo habrá que trabajar para "completar las insuficiencias importantes que contiene la ley", incluyendo entre las víctimas a los muertos causados por las Fuerzas de Seguridad del Estado y las personas que han sufrido torturas.

Desde fuera del Parlamento, la izquierda abertzale ilegalizada lamentó que "la derecha y la socialdemocracia española" desvirtúen "las bases del conflicto", y subrayó que "la resolución del conflicto debe poner los medios necesarios para una reconciliación entre las partes" abordando el debate de las víctimas "con absoluta neutralidad y exquisitez" y alejándolo "de los intereses partidistas" de todos.