Vitoria. "Consenso" y "acuerdo de país" frente a los "impulsos partidistas" y la aplicación del "rodillo" parlamentario para "adoctrinar" a los escolares vascos. Desde que vio la luz la reforma del Plan de Educación para la Paz impulsada por el Gabinete López, ésta ha sido la dicotomía que han denunciado tanto la mayoría de la oposición en la Cámara vasca como la de la comunidad educativa, y la jornada de ayer no fue en absoluto una excepción.
La coordinadora pacifista Gesto por la Paz, Hamaikabat, EB y la Federación de Ikastolas fueron quienes ayer alzaron su voz de manera formal, y todas coincidieron una vez más en pedir a los impulsores de esta reforma que hagan un esfuerzo de consenso para sacar adelante esta norma.
Para Gesto, es "fundamental que las consecuencias más dramáticas del terrorismo, las víctimas, sean tratadas en la educación" ya que hacerlo sería para esta organización una prueba de que la sociedad vasca avanza "hacia la deslegitimación de la violencia". Pero, dicho esto, para la coordinadora es "absolutamente perjudicial" que se estén reproduciendo las polémicas que superaron la pasada legislatura, por lo que ayer pidió a todos los agentes implicados "un especial esfuerzo por encontrar el consenso imprescindible" para sacar adelante normas como esta. Por todo ello, Gesto pidió "a los educadores" que se impliquen en la deslegitimación del terrorismo, y subrayó que deberían ser precisamente los expertos en este campo y la propia comunidad educativa quienes determinen en cada momento "los medios idóneos" para llevar la experiencia de las víctimas a las aulas.
También Hamaikabat pidió "un acuerdo de país", político y social, para pactar esta ley; un planteamiento que volvió a defender EB frente al riesgo de aplicación del "rodillo" que apreció en PP y PSE.
Como ya adelantó a este diario, también la Federación de Ikastolas comparte las críticas a la "unilateralidad del proyecto" y a su "impulso político", por lo que ayer pidió de nuevo que se reelabore el plan.