marta martín fdez.
vitoria. El programa Bakerako urratsak-Dando pasos hacia la paz se desarrolló de manera experimental en el curso escolar 2007-2008 entre un total de 276 chicos y chicas de cuarto de la ESO de Euskadi, como experiencia de mejora de una actividad anterior desarrollada en el curso escolar 2006-2007, Una sociedad que construye la paz-Bakea eraikitzen ari den gizartea pilotada.
Ambos programas confluyeron en el año 2008 en el Plan Vasco de Educación para la Paz y los Derechos Humanos del Ejecutivo de Juan José Ibarretxe. Un documento que ahora está siendo revisado por el Gobierno de Patxi López al considerar insuficiente lo que se ha hecho hasta ahora, si bien la propia consejera de Justicia, Idoia Mendia, reconocía hace unos meses en el Parlamento Vasco que el mencionado programa era un "primer paso".
Sin embargo, PSE y PP insisten en la reformulación de la herramienta impulsada por el tripartito para que, por ejemplo, las víctimas tengan voz -de manera presencial- en las aulas y el profesorado tenga una guía de trabajo para la "deslegitimación de la violencia" en los centros escolares vascos. Dos objetivos que ya cumplía Bakerako Urratsak.
De esta manera, el cuerpo docente participante, en base a un informe realizado por la UPV sobre la iniciativa piloto al que ha tenido acceso DNA, aplaudió el éxito de su aplicación en las aulas al considerar que los chavales participantes mostraron cambios de nivel "alto o superior" en cuestiones como su sensibilidad hacia las víctimas de la violencia, la importancia de reconocer su sufrimiento y solidarizarse con ellas y el rechazo a la creencia de que "tienen responsabilidad en lo que les ha sucedido".
Bajo el epígrafe Estamos con las víctimas, los escolares participantes escucharon y trabajaron de manera directa testimonios -pero no presenciales- de personas que han sufrido la violencia de ETA y el GAL. Y no se quedaron indiferentes sino que manifestaron "su apertura a las palabras y a los sentimientos de los familiares de las víctimas". Ello les llevó a identificar "en ellos mismos cómo la violencia de motivación política ha truncado el futuro de muchas personas de nuestro entorno", según la UPV.
"La recogida, sistematización y lectura de los datos de la experiencia con el profesorado y el alumnado participante nos reconforta, sinceramente, con las posibilidades de futuro que ofrecen los adolescentes vascos", concluye el informe.
Mientras, sigue abierto el plazo abierto por el Ejecutivo de López para que los grupos parlamentarios realicen sus aportaciones a la reformulación del plan heredado del Gobierno Ibarretxe y rebautizado como Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia. PNV, EA y EB ya han manifestado ciertas dudas a los planteamientos iniciales, mientras PP y UPyD lo aplauden. Aralar todavía no se ha pronunciado.
Así, la jeltzale Maribel Vaquero insistió ayer en la necesidad de que el nuevo plan se elabore con el consenso de todas las partes implicadas ya que "no se trata de hablar de matemáticas, sino de sentimientos, de dolor". A este respecto, mostró sus reservas a que las víctimas ofrezcan de manera directa sus testimonios en las aulas porque "no todas están preparadas y no sabemos cómo se quiere llevar a cabo".
Por su parte, el secretario general de EA, Peio Urizar, aseguró que su formación comparte la "filosofía" de la promoción de la paz en los colegios vascos, pero expresó su preocupación porque el Gobierno López lo quiera hacer "con tanta celeridad". Finalmente, Gorka Maneiro (UPyD) señaló que el texto presentado por el Ejecutivo vasco "va en la buena dirección".