vitoria. Fiel a su tradición, ETA se dejó escuchar ayer en la celebración del Aberri Eguna con un comunicado en el que destacó la aparición en la agenda internacional de la necesidad de resolver el conflicto vasco. Pero la respuesta a la Declaración de Bruselas no ha sido la esperada por los mediadores internacionales que la rubricaron ni por la clase política vasca. Lejos de compartir la llamada a un alto el fuego permanente y supervisado, la organización terrorista considera que la desactivación de su respuesta armada no es la solución para acabar con el conflicto. En su lugar, reclama que existan "garantías y compromisos" de las partes implicadas para construir el escenario que garantice una salida "sólida y permanente".

No obstante, augura un futuro análisis de las aportaciones brindadas por los expertos internacionales en la resolución de conflictos que facilitará en próximos comunicados.

Hasta aquí el último mensaje de la banda armada sigue las pautas establecidas en sus reiteradas comunicaciones, pero la nota discordante radica en el amplio espacio que destina a aportar su versión sobre los hechos ocurridos el 16 de marzo en la localidad francesa de Dammarie-lés-Lys, que se saldaron con el asesinato a manos de los terroristas de un gendarme.

ETA asegura que este suceso se produjo en "contra" de su voluntad y culpabiliza a la Policía gala de lo acontecido. Inicia el relato alegando que los agentes franceses habían "neutralizado" a cuatro integrantes de la banda cuando uno de los gendarmes les disparó -aunque al parecer "no fue a dar", según el comunicado publicado en Gara-, lo que alertó a otros tres activistas que se encontraban en las inmediaciones y que acudieron al lugar de los hechos.

Según la versión de la banda armada, los etarras advirtieron a los agentes de que abandonasen las armas y se alejarán, pero mientras dos de ellos retrocedieron, los demás adoptaron la postura de hacerles frente a los recién llegados dando paso al tiroteo que tuvo como consecuencia la muerte del agente Jean-Sege Nérin. "Ellos fueron los que se acercaron con la intención de secuestrar a los gudaris de ETA y los primeros en disparar", añade el texto.

La lectura que extrae la banda armada de lo sucedido culmina con un emplazamiento a las autoridades y ciudadanía francesas para que reflexionen sobre hacia dónde les quiere llevar la "borrachera represiva del Gobierno español".

En este sentido, denuncia que en los últimos tiempos el Gobierno francés protege a los guardias civiles que actúan en este Estado de un "modo incontrolado", una visión que vincula a la aparición del cadáver del activista Jon Anza.

La cascada de reacciones que suscitó ayer la nueva aparición en la escena mediática de ETA incluyó una contundente respuesta por parte de la Policía francesa. A través de un comunicado, la Dirección general de este Cuerpo valoró que el mensaje de la organización terrorista no es más que una reivindicación de facto del asesinato del gendarme.

El secretario general del primer sindicato policial, Unité Police/SGP-FO, Nicolas Comte, denunció que con este "repugnante" comunicado, ETA intenta "deshacerse" de este asesinato, y subrayó que "todo el mundo conoce la violencia de esta organización terrorista y no puede creer tales acusaciones".