VITORIA. Si las elecciones autonómicas de hace un año se celebraran hoy, probablemente la suma de socialistas y populares no habría sido suficiente -ni siquiera con el respaldo del UPyD- para alzar a Patxi López a la Lehendakaritza. Al menos ésa sería la hipótesis si el resultado dependiera de Álava, según los resultados de la encuesta elaborada por Gizaker para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en la primera semana de marzo, con motivo del primer aniversario de las elecciones autonómicas de 2009, en la que encuestados restan sendos escaños en la Cámara vasca a PP y PSE-EE, aforados que van a parar a PNV y Aralar.
Dos asientos que podrían parecer intrascendentes en un Legislativo de 75, pero que en el caso vasco son vitales. Si en las elecciones de marzo de 2009 fue precisamente el parlamentario que el PSE alavés arañó en el recuento electoral a EA el que decantó la balanza para permitir que la suma con el PP fuera suficiente para alcanzar Ajuria Enea, su pérdida unida al escaño que, según el sondeo, se dejarían por el camino los populares, desarmaría por completo la fórmula que a día de hoy sostiene al Gobierno Vasco, aunque se incluyera en la operación a UPyD, que mantendría inalterable su parlamentario.
En este hipotético escenario, la suma de socialistas y populares se quedaría con 36 escaños -nada desdeñable, teniendo en cuenta que eran 32 los que permitieron gobernar al tripartito PNV-EA-EB durante la anterior legislatura-, UPyD mantendría su parlamentario, el PNV subiría a 31, Aralar tendría 5 y EB y EA se mantendrían. Dicho de otro modo, el acuerdo de bases perdería la cómoda mayoría absoluta de la que goza a día de hoy pero para desarmar su mayoría sería necesario que prácticamente el resto de fuerzas políticas se aliaran.
Esta fotografía teórica también refleja la trascendencia que para el equilibrio de fuerzas tiene la ausencia vía judicial de la izquierda abertzale histórica de las instituciones: si en 2005 32 escaños avalaban al Gobierno Vasco, invalidando una posible mayoría de la oposición por los nueve aforados que tenía EHAK; actualmente la igualdad entre los partidos agrupados tradicionalmente bajo el epígrafe de constitucionalistas y los nacionalistas es extrema.
porcentaje de voto
Tradicional equilibrio
El calibre de las consecuencias que ese baile de escaños en Álava podría tener para la actual configuración de las instituciones comunes de la Comunidad Autónoma Vasca -siempre sin tener en cuenta las posibles variaciones electorales en Bizkaia y Gipuzkoa- no se corresponde con un vuelco demasiado significativo en el porcentaje de voto. La mayor variación porcentual en intención de voto se la anotaría el PNV, con un incremento de 1,2 puntos, frente a los descensos de 0,7 puntos del PP y de 0,6, del PSE-EE.
En otras palabras, y sin haber tenido aún ocasión de medir el impacto que las investigaciones judiciales del caso De Miguel hayan podido tener para los intereses jeltzales, el sondeo ratifica el tradicional equilibrio de fuerzas entre los tres partidos.
Los datos revelan además un importante crecimiento porcentual de Aralar (2,7 puntos), que se traduciría en un escaño extra respecto al obtenido en 2009. La encuesta hace una previsión de intención de voto en el caso, parece que improbable a día de hoy, de que la izquierda abertzale tradicional pudiera tomar parte en los comicios, asignándole un 5% de los sufragios. La referencia más cercana en este tipo de comicios para poder establecer una comparación son las autonómicas de 2005, cuando EHAK se anotó un 8,41%. En esa hipótesis, la izquierda abertzale actualmente ilegalizada se situaría por delante de UPyD, EA y EB, pero por detrás de Aralar.
La encuesta vaticina una abstención ligeramente inferior a hace un año en el territorio -del 32,3%, tres puntos por debajo de entonces- y deja entrever el escaso impacto que, por ahora, parecen tener las nuevas siglas políticas surgidas tras las últimas elecciones autonómicas. Hamaikabat se anota un 0,2% de la intención de voto, mientras que Alternatiba se queda englobada en el epígrafe de "otros", que recibe un 0,6%.
Por su parte, partidos que salieron tocados de las últimas autonómicas, y que se vieron posteriormente afectados por las escisiones que dieron lugar a las formaciones antes mencionadas, corren suerte desigual según el sondeo. Mientras EA parece aguantar el tirón y no caer más allá, retrocediendo en intención de voto tres décimas, EB no encuentra su suelo y su porcentaje desciende 1,2 puntos, fuera del grupo de partidos que entra en el reparto de escaños al no alcanzar el preceptivo 3%.
pacto pse-pp
Consecuencias en las urnas
Este teórico escenario en Álava y su correspondiente evolución electoral sería consecuencia, en buena medida, del aparente desapego que los encuestados manifiestan respecto al acuerdo de gobierno de PSE-EE y PP, pero también a la idea de "cambio" que apareja. De hecho, cuando el sondeo pregunta por el partido preferido para ganar las elecciones al Parlamento Vasco, un elocuente y mayoritario 34,9% elude pronunciarse, pero la elección favorita (29,8%) es el PNV, muy por delante de PSE-EE (16,3%) y PP (7,5%).
Curiosamente, cuando la misma pregunta se refiere a las Juntas Generales, el tradicional equilibrio de los tres principales partidos que arrojan las urnas en el territorio parece esconderse en el preponderante 34,1% que evita pronunciarse. Sin embargo, el PNV lidera también las preferencias manifestadas (30,3%), por delante del PSE-EE (17,1%). Esta proporción varía ligeramente a favor de los socialistas en el caso de Vitoria -donde ganan algo más de dos puntos, los mismos que pierde el PNV-, pero en el resto de Álava la preferencia del electorado por la formación jeltzale se eleva siete puntos, evolución exactamente inversa a la predilección del PSE-EE.
Finalmente, cuando se cuestiona a los alaveses sobre su opción favorita para hacerse con las riendas del Gobierno Vasco, el PNV (16,4%) vuelve a aparecer por delante del PSE-EE (12,2%), aunque la distancia que los separa es de poco más de cuatro puntos. La siguiente posibilidad más mencionada es la alianza de ambas formaciones (10,2%), por delante de la actual entente PSE-PP (6,1%). Nuevamente, el importante porcentaje de encuestados que elude pronunciarse (26,8%) despliega un velo de incertidumbre sobre la auténtica distribución de fuerzas y hacia dónde se podría inclinar el denominado voto oculto.
dirigentes e instituciones
Examen de gestión
Este perfil de preferencias dibujado por el sondeo de Gizaker casa con la valoración genérica que los encuestados hacen de la gestión de las diferentes instituciones. Los datos, recabados en la primera semana de marzo mediante 800 encuestas telefónicas, son previos a la investigación de un supuesto caso de corrupción política en el que se hayan presuntamente implicados varios altos cargos del PNV alavés. Al margen de esa distorsión, los encuestados sólo aprueban la gestión de la Diputación (con un escaso 5,09 sobre una nota máxima de diez). A apenas tres décimas del aprobado aparece el Gobierno Vasco y, a continuación, el Gobierno español (4,31). El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz -sólo valorado por los encuestados gasteiztarras- es la institución que recibe la peor nota (4,22).
Este ranking prácticamente calca al que resulta cuando se pregunta por la gestión de los dirigentes políticos. Es el diputado general, Xabier Agirre, quien sale mejor parado con un 5 sobre diez; el lehendakari, Patxi López, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le siguen en la clasificación. Se descuelga ligeramente el alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, que con un 3,91 se queda ligeramente por detrás de la nota que recibe el secretario general de su partido en Álava, Txarli Prieto (3,98). Finalmente, el tercer candidato en liza por la Diputación en las próximas forales, el popular Javier de Andrés, recibe un 3,41.
Esta desventaja del primer edil vitoriano en las calificaciones que le otorgan los encuestados se invierte cuando se trata de medir el grado de conocimiento de los diferentes líderes políticos entre la ciudadanía. La identificación espontánea de Lazcoz -referida exclusivamente a los interpelados en Vitoria- asciende al 76,8%, muy por delante del 40,9% que reconoce de este modo a Xabier Agirre en todo el territorio.