Al presidente venezolano, Hugo Chávez, se le suman los problemas. Este inicio de 2010 está siendo especialmente complicado y está mermando, incluso, su popularidad. Pero entre todas las dificultades que enfrenta -crisis económica, inflación, inseguridad, corrupción-, la crisis eléctrica que enfrenta el país es su mayor reto, más si cabe, en año electoral. "El Gobierno va a tener que manejar con mucha cautela el tema eléctrico para que no se le convierta en un problema de campaña en los comicios legislativos que se celebrarán en septiembre", apunta Germán Campos, director de la encuestadora Consultores 30.11.
En sondeos realizados por esta firma, la popularidad del mandatario bolivariano ha descendido del 64% que alcanzó en sus mejores momentos al 55% actual. Sin embargo, la encuestadora Datanálisis, más ligada a la oposición, sitúa el apoyo a Chávez en torno al 40%. Es más, el último sondeo publicado el pasado miércoles refleja que sólo el 20% de los encuestados se identifica con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la formación del presidente venezolano, y que el 54% de la población se define como Ni-Ni, venezolanos que ni apoyan a Chávez ni a la oposición.
La crisis eléctrica está ocupando la agenda nacional. Tanto que el Gobierno declaró el 8 de febrero la "emergencia nacional" debido a la sequía que enfrenta Venezuela y que está afectado a las hidroeléctricas, principalmente la del Guri, que abastece de energía a más del 70% del país. El Gobierno lo achaca al fenómeno natural El Niño, sin embargo, ha reconocido también que un atraso en obras importantes de infraestructura ha acentuado la situación. "Por primera vez Chávez comienza a ser visualizado como uno de los responsables de los problemas del país y eso ha iniciado la caída de su popularidad", señala el director de Datanálisis, Luis Vicente León.
El punto más álgido de la crisis se vivió tras la decisión del entonces ministro para la Energía Eléctrica, Ángel Rodríguez, de anunciar un plan de apagones en la ciudad de Caracas. Sólo duró un día. Chávez tuvo que salir al paso y enfrentarse a la ira de los caraqueños. "Quiero decirle al pueblo de Caracas que he ordenado suspender los cortes eléctricos", señaló. El anuncio llegó, asimismo, con la destitución de Ángel Rodríguez y el nombramiento como nuevo ministro de Energía Eléctrica de Alí Rodríguez, uno de los chavistas más valorados tanto por el oficialismo como por la oposición.
"En estos momentos sigue siendo un tema delicado y complicado, pero la primera impresión es que hay un mayor nivel de expectativa positiva", manifiesta Germán Campos. Sin duda, Alí Rodríguez es un político acostumbrado al manejo de grandes crisis, como la vivida en 2002 debido al paro petrolero, momento en el que el nuevo ministro era presidente de la estatal Pdvsa. Ahora, la propuesta del Gobierno es castigar el aumento de la energía y premiar a los que la reduzcan, todo a través de la factura. Asimismo, se está planteando la posibilidad de exportar energía eléctrica de su eterno rival: Colombia. "Los meses de mayo y junio son quizá los más críticos para la represa del Guri. Si los planes del Gobierno no resultan, el país va a ser otro", advierte el encuestador Germán Campos.
Tenso panorama
Los efectos de la devaluación
Pero el tema eléctrico no es el único reto que enfrenta el Gobierno de Hugo Chávez. Venezuela vivirá en 2010 un tenso panorama político, marcado por las elecciones legislativas del 26 de septiembre y en medio también de los efectos inflacionarios de la reciente devaluación de la moneda nacional, el Bolívar. El país suramericano registró en 2009 una inflación del 25%, la más alta de la región. Y este año, según el economista Pedro Palma, la devaluación impactará en el empleo y el ingreso de los venezolanos. Por lo pronto, los ciudadanos han comenzado a notar el aumento de los precios de los alimentos, aunque las imágenes de los primeros días de filas infinitas frente a los comercios y carros llenos de electrodomésticos han ido desapareciendo.
A inicios de año, el Gobierno de Hugo Chávez devaluó el bolívar, que se mantenía en 2,15 por dólar desde 2005. Ahora rigen dos precios: 2,60 para productos de primera necesidad, remesas e importaciones del sector público y 4,30 para el resto de productos y la venta de los dólares obtenidos con el petróleo. Según Palma, los efectos negativos serán mayores que los beneficios que pueda llevar la expansión del gasto público. "Va a ser un año de recesión económica, un año difícil, complejo, caracterizado por el estancamiento económico y la inflación", describe. Palma prevé que este año pueda registrarse una contracción de la economía similar al -2,9% de 2009, pero "el efecto podría ser mayor dependiendo de la situación eléctrica". A esta situación hay que sumar las preocupaciones de los venezolanos por la falta de algunos productos. La decisión de Chávez de sustituir su comercio con Colombia por la instalación en el país cafetero de siete bases militares estadounidenses ha incrementado el desabastecimiento de algunos productos que van desde pañales a elementos de librería. Colombia era el mayor socio comercial de Venezuela fuera del negocio petrolero. Datanálisis, que hace un seguimiento semanal al desabastecimiento, siempre encuentra que el principal problema es el azúcar.
Inseguridad ciudadana
La principal preocupación
Pese a la crisis eléctrica, la inflación y la crisis económica, los venezolanos siguen viendo la inseguridad ciudadana como su principal problema. Con una tasa de 94 homicidios por cada 100.000 habitantes, Caracas fue en 2009 la cuarta urbe más violenta de América Latina. "El debate electoral va a gravitar sobre dos temas: la crisis eléctrica y la inseguridad", augura Campos. Con todos estos ingredientes en la mano, el director de Datanálisis, Luis Vicente León, no se atreve a prever una posible derrota del chavismo en septiembre. Principalmente porque al entrar en campaña, "Chávez se crece". "Tiene plata, carisma, control, institucionalidad, todo a su favor", asegura el experto. En contra del Gobierno está que Chávez no se juega el cargo en estos comicios. A su favor, que la devaluación del bolívar y una mejora de los precios del petróleo permitirá al presidente bolivariano relanzar las "misiones", los programas sociales que, en parte, dan al chavismo el voto de los más desfavorecidos. Los oficialistas saben que la percepción fuera de Venezuela es que el presidente se enfrenta a una crisis sin precedentes que le podría llevar a una derrota electoral en septiembre y que la sociedad está harta de la crisis eléctrica y de los homicidios. "¿Viniste a ver qué tan cerca está la caída de Chávez?", dicen con sorna algunos venezolanos a los visitantes extranjeros. Sin embargo, y pese a los rumores de crisis interna en el oficialismo, nadie augura aún el fin del chavismo. En las últimas semanas, siete ministros de su gobierno y el vicepresidente han renunciado a sus cargos o han sido destituidos, lo que ha disparado las especulaciones entre los críticos del Ejecutivo. En este sentido, los defensores del mandatario justifican estos movimientos alegando que es un proceso habitual que suele hacer el presidente venezolano cada año. "Hay una crisis dentro del propio chavismo, pero aún no estamos cerca del principio del fin de Hugo Chávez", concluye la analista política Taisa Medina.