Vitoria. La apuesta de la izquierda abertzale hacia un proceso democrático "sin la actividad armada de ETA" y sin "la violencia y la injerencia del Estado" no ha variado un ápice la postura del lehendakari frente a este colectivo. Patxi López se mantiene fiel a los postulados defendidos desde que asumiera las riendas del Gobierno Vasco y defiende la "tolerancia cero" para todo el que no se posicione de una forma nítida en contra de la acción terrorista. De lo contrario, el jefe del Ejecutivo autonómico se mantendrá alineado en el rechazo a que los defensores de esta corriente ideológica puedan regresar a formar parte de la oferta electoral.
El lehendakari eligió una fecha clave en la historia del socialismo vasco para sumarse a la batería de respuestas e impresiones que ha suscitado el debate entre las bases de la izquierda abertzale. Lo hizo en la celebración del décimo aniversario del asesinato de su compañero de partido Fernando Buesa y dejó claro que sin una condena explícita y sin marcar una clara distancia respecto a los asesinos del ex diputado general de Álava no menguará la brecha con la corriente liderada por Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga.
"Sólo hay un camino para hacer política" en opinión del inquilino de Ajuria Enea, el que consiste en "cortar definitivamente los hilos que mueven los terroristas". Y éste debe ir acompañado, según se deduce de las reflexiones de López, de una condena expresa a la actividad terrorista que no figura en estos términos en las conclusiones del debate de la izquierda abertzale.
A la espera de que este hecho se produzca, el lehendakari aseguró que el Gobierno Vasco seguirá presentando entre sus prioridades la lucha contra el terrorismo y su deslegitimación, lo que se traduce en hacer desaparecer "cualquier espacio de impunidad, cualquier abismo de comprensión y cualquier tipo de connivencia con quienes son incapaces de rechazar y alejarse de la violencia".
Además, el jefe del Ejecutivo autonómico incluyó en este contundente aviso a navegantes su rechazó a "hacer política con una mano y con la otra mantener el paraguas del cobijo de la violencia".
En su alocución, López hizo un llamamiento a las fuerzas políticas para mantener un discurso sin fisuras frente al terrorismo y seguir avanzando en el camino del reconocimiento de las víctimas, un colectivo que situó con los grandes "olvidados" en épocas pretéritas no demasiado lejanas. Así, insistió en evitar el "choque de dos identidades artificialmente enfrentadas" para sentar las bases del futuro del País Vasco.
López estuvo precedido en la improvisada tribuna de oradores por el secretario general del PSE alavés -cargo que ocupó en su día Buesa-, Txarli Prieto. Del mismo modo que su jefe de filas, el aspirante a diputado general hizo referencia -sin citarlo de forma expresa- al debate en la izquierda abertzale para proclamar que "algunos creen y quieren hacer creer que el rechazo a la acción terrorista y a la organización ETA puede diluirse en un texto ambiguo".
En opinión de Prieto, la línea que separa a los demócratas de los que no lo son "no es posible borrarla con el manoseo del diccionario". Por ello, reclamó "condenas explícitas con nombres y apellidos y actitudes y comportamientos inequívocos". Bajo estos parámetros presentó el parlamentario vasco su "brindis" a quienes quieran "dar el paso a la democracia": "La explícita condena de quienes colaboran con ETA y la petición de disolución de ETA".