complementos vitalicios para garantizar la pensión máxima (hasta 2.466 euros por siete años cotizados), sueldos brutos más comisiones que oscilan entre los 4.000 y los 7.000 euros al mes, calendarios laborales de 42 días por semestre y la exención de fichar. Estos son algunos de los privilegios que la ciudadanía achaca a los 350 integrantes del Congreso de los Diputados. Ellos, sin embargo y a través de su máximo responsable, el presidente de la Cortes, José Bono, se defienden negando ese trato de favor, tratando de dignificar su labor y acusando a quienes la cuestionan de "hacer un mal servicio al sistema democrático".

Sin embargo los datos están ahí. Desde que el 22 de diciembre se celebrara la última sesión plenaria de 2009 en el Congreso (la aprobación de los Presupuestos), sus señorías no volvieron a reunirse hasta el 9 de febrero, es decir, nada más y nada menos que 48 días después, 48 días de vacaciones teóricas que ellos no reconocen. Según Bono, los aforados, pese a que no acudieron a sesiones en las Cortes por ser enero mes inhábil y "periodo intersesiones" (lo dice la Constitución en su artículo 73.1), sus señorías trabajaron "a buen ritmo". Por tanto, hay que imaginar que en sus despachos se ganaron con creces su nada despreciable nómina: 3.997 euros brutos para los diputados rasos de Madrid (dietas incluidas) y 4.950 para los de la periferia (además de las dietas, se les paga el transporte). Sin embargo y sin poner en duda la credibilidad del presidente de las Cortes (entre sueldo y complementos, cobra 13.856 euros al mes), la pregunta es cómo medir ese "trabajo intenso".

análisis cuantitativo

Las marcas no son muy buenas

Habría que hacerlo de dos formas, cuantitativa y cualitativamente. La primera metodología nos obliga a repasar las iniciativas parlamentarias propuestas por sus señorías en los 22 meses que llevamos de ésta, la IX Legislatura (se instituyó el 1 de abril de 2008). La segunda nos lleva a estudiar lo ceñudo del trabajo (no es lo mismo una pregunta oral que la elaboración de un proyecto de ley).

En el aspecto cuantitativo y siempre en la teoría, habría que tener en cuenta el número de diputados de cada grupo y el número de iniciativas tomadas por grupo para hallar la media de trabajo por aforado. Esos datos los puede consultar cualquier mortal en la web del Congreso y, se supone, son los correctos. Pues bien, el resultado no es nada halagüeño para sus señorías y, además, aquí, como en casi todo, también hay castas: no es lo mismo currar para el partido del Gobierno que hacerlo desde un grupo minoritario de la oposición. Así, la media de trabajo de uno de los 169 diputados que tiene el PSOE es de 2,77 iniciativas en 22 meses ya que, en total, han presentado 469. Los 153 aforados del PP tampoco viven mal puesto que su media es de 7,05 iniciativas por barba (1.709 en total) en casi dos años.

Otra cosa es trabajar en los grupos minoritarios. Ahí, los más currelas con diferencia, son los 5 integrantes del grupo de ERC-IU-ICV que, en estos 22 meses, han firmado una media de 207,6 iniciativas cada uno (1.038 en total). Les sigue la bancada del Grupo Mixto (dos diputados de CC, otros dos de BNG, y uno de NaBai, UPN y UPyD) que han cubierto el expediente con 64,7 iniciativas por cabeza (453 en total). La lista la completan los 10 congresistas de CiU, cuya media es de 57,1 iniciativas, y los 6 del PNV, con un registro de 23,5 por cabeza (141 en total).

análisis cualitativo

Pocas leyes y muchas mociones

Puede que en el plano cualitativo, la valoración del trabajo de sus señorías deba cambiar a positivo. La web del Congreso recoge nueve tipos diferentes de iniciativas que abarcan el completo abanico de lo que puede hacer un diputado en la Cortes. Las más laboriosas, sin duda, son las recogidas en la "función legislativa", apartado que se refiere a los proyectos de Ley elaborados por cada grupo. Pues bien, tampoco los datos son buenos: en estos 22 meses el PSOE ha firmado 5; el Partido Popular 49; CiU 37; el Partido Nacionalista Vasco 8; el grupo de ERC-IU-ICV, 83, y el Grupo Mixto, 24. Evidentemente, y por manos potencialmente activas, tampoco es lo mismo estar en la bancada socialista o del PP, que en la de la minoría de izquierda o en el Mixto.

Donde sí se aplican los diputados es en los temas teórica y subjetivamente menores, es decir, las solicitudes de comparecencia y la elaboración de proposiciones no de ley. Las primeras, básicamente, consisten en llamar a miembros del Gobierno, funcionarios o autoridades a que acudan ante las 19 comisiones de la Cámara (una por área ministerial más la de Presupuestos y la Constitucional) para explicar lo que les compete y ser interrogados. Las proposiciones no de ley por su parte son pronunciamientos, declaraciones e iniciativas que, pese a ser votadas, no tienen carácter vinculante para el Ejecutivo.

Las marcas son las siguientes: el PSOE ha firmado 208 solicitudes de comparecencia y 238 proposiciones no de ley; el PP, 829 y 729; CiU, 258 y 197; el PNV, 71 y 29; ERC-IU-ICV, 220 y 674 y, finalmente, el Grupo Mixto, 256 y 21. Otra vez, es evidente, el trabajo no es el mismo para un aforado de los grupos mayoritarios que para uno de los minoritarios.

análisis de calendario

42 días en seis meses

Quizá la afirmación de Bono de que en las Cortes, pese a sus periodos "intersesiones" (enero es inhábil al igual que julio y agosto), "se trabaja a "buen ritmo", se sustente en la asistencia de los diputados a las sesiones plenarias o a las reuniones de las diferentes comisiones.

Tampoco en este apartado, para el común de los mortales, se justifican los sueldos de los diputados. Y es que quien entre en el apartado de calendario de la web del Congreso se dará cuenta de que sólo los martes, miércoles y jueves de algunas semanas son hábiles para celebrar plenos. Así, en el actual periodo de sesiones (de febrero a junio) sólo hay 42 días hábiles. ¡Pero lo mejor es que ninguno de los diputados está obligado a fichar!.