kabul. Tropas de la OTAN lideradas por Estados Unidos lanzaron ayer una gran ofensiva en una provincia del sur de Afganistán, diseñada para terminar con el control de los talibán en uno de sus mayores bastiones. El asalto, el primero desde que el presidente estadounidense Barack Obama ordenó el envío de 30.000 soldados más a Afganistán, es el comienzo de una campaña para imponer este año el control del Gobierno en áreas tomadas por rebeldes, antes de que las fuerzas de Washington inicien el repliegue en 2011.

Las tropas se aproximaron a un recinto donde operaban insurgentes, que abrieron fuego contra ellas. Los soldados respondieron al ataque y mataron a un número indeterminado de supuestos talibanes, tras lo cual un nutrido grupo de hombres, mujeres y niños dejaron el recinto.

Los militares llevaron entonces a cabo una operación de rastreo en el interior del complejo, en el que hallaron los cadáveres de dos hombres y de dos mujeres que estaban atadas y amordazadas, según la ISAF, que en una primera versión había informado del hallazgo de los cadáveres de tres féminas.