pekín. El británico Akmal Shaij, condenado a muerte en 2008 por los tribunales chinos tras ser detenido en posesión de 4 kilos de heroína, fue ejecutado ayer a las 10.30 horas local (2.30 GMT) en la ciudad de Urumqi (noroeste), según confirmó la ONG Reprieve en un comunicado respaldado por el Gobierno británico. Shaij se convertía así en el primer europeo que recibe la pena capital en casi 60 años en el país asiático.
Shaij, de 53 años y residente en Londres, fue detenido en el aeropuerto de Urumqi en septiembre de 2007 en posesión de 4,03 kilos de heroína que había transportado desde Tayikistán y condenado a muerte en primera instancia por el Tribunal Popular Intermedio de Urumqi el 29 de octubre de 2008, siendo confirmado el veredicto poco después tras no prosperar las dos apelaciones que presentó.
En un comunicado emitido ayer por el Tribunal Supremo poco antes de la ejecución y recogido por la agencia oficial Xinhua, la corte insistió en que Shaij violó la Ley Penal de China al introducir grandes cantidades de heroína en su territorio. Así pues, dado que la legislación penal establece la pena capital para toda persona que trafique con más de 50 gramos de heroína, el Supremo consideró que la sentencia dictada en primera instancia es apropiada.
En cuanto a la supuesta enfermedad mental alegada en defensa del acusado, el tribunal afirmó que "los documentos que se presentaron durante el juicio no demostraron el desorden mencionado, ni tampoco sus familiares poseían un historial médico en el que se incluyera mención alguna a la afección citada".
En un comunicado posterior a la ejecución, la Embajada china en Reino Unido insistió en que los derechos del acusado "fueron respetados y garantizados adecuadamente" y las preocupaciones británicas "se tomaron en consideración".
Protestas Según indicó Ivan Lewis, del Foreign Office británico, Shaij habría sido ejecutado por inyección letal. Su cuerpo no será repatriado a Reino Unido ya que el reo fue enterrado rápidamente "de acuerdo con la fe islámica", precisó, citado por la BBC. Lewis intentó hasta el último momento convencer a las autoridades chinas de los problemas mentales de Shaij y habló anoche por última vez con el embajador chino en Londres.
La hija de Sheij, Leilla Horsnell, se mostró "conmocionada y decepcionada de que la ejecución siguiera adelante sin atender al hecho de que mi padre tenía problemas mentales". "Me cuesta entender cómo esto puede ser justicia", añadió. La familia de Shaij había argumentado que éste había sido engañado por traficantes polacos, que le prometieron que harían de él una estrella del pop en China
También se apresuró a expresar su condena "en los términos más firmes" el primer ministro británico, Gordon Brown. "Estoy horrorizado y decepcionado de que nuestras peticiones persistentes de clemencia no hayan sido atendidas", dijo el mandatario británico. La UE también condenó la ejecución.