madrid. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, admitía ayer que la expulsión por parte de Marruecos de la activista saharaui Aminatu Haidar de El Aaiún a Lanzarote el pasado 14 de noviembre fue "política y no administrativa".
Moratinos reconoció que su colega marroquí, Taib Fassi Fihri, le informó de la expulsión para ponerle sobre aviso de la llegada de Haidar a Lanzarote, aunque él no considera que así el Gobierno español "diese complicidad o avalase" esa decisión.
En su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Moratinos informó de que después de la primera comunicación, hubo una segunda cuando la activista ya estaba volando rumbo al aeropuerto de Arrecife.
Según el ministro, esto corroboraría que "el Gobierno no creó esta crisis y no fue cómplice", y que actuó por "criterios humanitarios".
Moratinos dio estas explicaciones después de que los grupos parlamentarios de la oposición expresaran sus sospechas de que el Ejecutivo dio orden a la policía de Lanzarote para que dejara entrar a Haidar, como ella dejó constancia en su denuncia en la comisaría del aeropuerto.
El titular de Exteriores pidió que se dé credibilidad a la versión del Gobierno sobre la de la activista saharaui respecto a que se cumplió la ley y la policía actuó correctamente, sin instrucciones del Gobierno.
"Puedo respetar las declaraciones de la señora Haidar, declaraciones que valen lo que valen, son legítimas, son las suyas, son subjetivas.Yo les voy a trasladar la versión del Gobierno, con la misma subjetividad, pero con el apoyo de la legitimidad del Gobierno y la sinceridad del ministro de Exteriores", afirmaba pidiendo comprensión.
Moratinos ha hecho hincapié en que la policía actuó "bien, con la ley en la mano" y permitió la entrada de la activista por tener tarjeta de residencia legal en España, aunque obvió el perceptivo pasaporte.
"Les he narrado toda la verdad del proceso", resumió Moratinos, quien recordó que el piloto del avión que trajo a Haidar de El Aaiún a Lanzarote "asumió su responsabilidad" y dio el visto bueno al traslado. Y apostilló el ministro que "cualquier Gobierno de España hubiera hecho lo mismo, mirando siemre por la situación humanitaria de Aminatu Haidar".