madrid. El Pleno del Senado rechazó ayer los vetos del PP y de CiU a los Presupuestos Generales del Estado de 2010, con lo que por primera vez en tres años la Cámara Alta introducirá enmiendas y cambios a las cuentas públicas. Los vetos a los Presupuestos recibieron 126 votos a favor procedentes únicamente de los grupos parlamentarios del PP y CiU, 128 en contra y una abstención, la de UPN. Estas iniciativas de devolución de las cuentas al Gobierno ya fueron rechazadas en comisión la pasada semana, tras el acuerdo al que llegó el PSOE con ERC e IU-ICV, y al que se sumaron BNG y Grupo Mixto, y que permitió incorporar 90 enmiendas (16 del PSOE y el resto pactadas con estos grupos) por un importe de 42,5 millones de euros.

En la defensa de los Presupuestos, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, confió en que la economía española crezca ya en todos los trimestres del próximo año y añadió, que por ello, la subida del IVA, prevista para el segundo semestre, se producirá cuando la recuperación esté consolidada. Salgado indicó que los Presupuestos son los "mejores posibles" y añadió que contienen "un diagnóstico realista, estimulan la reactivación económica y garantizan la protección de los más afectados por la crisis".

Defendió la subida impositiva que recogen estas cuentas y añadió que la política tributaria debe responder a las necesidades del país en cada momento, por ello, incidió, se bajaron los impuestos en la época de bonanza y de crecimiento económico. Por su parte, el senador del grupo popular Francisco Utrera acusó a los partidos nacionalistas que apoyarán los Presupuestos para 2010 de "colaborar" con la subida de impuestos y el crecimiento del déficit, y criticó que estas cuentas públicas sean un "mero trámite" para el Gobierno. Además aseguró que los PGE se han reducido "a poco más de un mercadeo de votos" de partidos políticos que buscan beneficios propios y locales. Por su parte el senador de CiU Jordi Vilajoana acusó al Ejecutivo de llevar a cabo, desde el comienzo de la crisis, una política presupuestaria "errática, equivocada y contradictoria" e incidió en que con los Presupuestos de este año y del próximo el Gobierno ha perdido "credibilidad y ortodoxia".