Marco Enríquez-Ominami, hijo de un guerrillero muerto en la dictadura, irrumpió en el hermético panorama político chileno con un discurso renovador que lo ha convertido en la revelación de la campaña electoral.
Este joven candidato de 36 años ha conseguido romper la lógica de la política en Chile, cimentada en la dicotomía entre izquierda y derecha, y logró situarse tercero en las encuestas, por detrás del aspirante de la oposición derechista, el inversor Sebastián Piñera, y el candidato oficialista, Eduardo Frei.
Marco Enríquez-Ominami nació el 12 de junio de 1973 en Concepción. Es hijo de Miguel Enríquez, fundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), y Manuela Gumucio, hija del senador y fundador de la Democracia Cristiana Rafael Gumucio.
Durante el exilio en Francia, su madre se unió al hoy senador y ex ministro de Economía (1990-1994) Carlos Ominami, un histórico dirigente socialista de quien Marco tomo su apellido para agregarlo al de su padre biológico. Representa las ansias de renovación y ha aglutinado un heterogéneo movimiento integrado por políticos desencantados del oficialismo, jóvenes profesionales y partidos minoritarios.