vitoria. La presencia de ETA contamina del tal forma el ambiente entre la clase política vasca que sus partidos no son capaces de ponerse de acuerdo ni en un texto en favor de los Derechos Humanos. Así ocurrió precisamente ayer, día en que se conmemoraba la Declaración Universal que los consagró hace ahora 61 años, y ello pese a que de unos años a esta parte es condición sine qua non la condena del terrorismo de ETA para tener representación en la Cámara vasca.
Como cada vez que se conmemora una efemérides significativa, el Parlamento se dispuso esta semana a cerrar un texto de respaldo a los Derechos Humanos. El PSE hizo circular un texto que apostaba por su defensa a nivel global y que también aludía a "la persistencia en Euskadi de la actividad terrorista", que constituye "la violación más grave y sistemática de los Derechos Humanos", ya que "persigue sobre todo acabar con el pluralismo político".
Si bien el PP, Ezker Batua, EA y UPyD consideraron asumibles los términos del texto, PNV y Aralar consideraron que éste debía expresarse en unos términos más genéricos o bien entrar a concretar con todas las consecuencias. El parlamentario del PNV Iñigo Iturrate planteó que se hiciera referencia también a casos como el de la activista saharaui Aminatou Haidar, que mantiene una larga huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. Similar postura mantuvo Aintzane Ezenarro, de Aralar, quien defendió que una conmemoración de este tipo no debía ceñirse únicamente a la vulneración de los Derechos Humanos vinculada a la política, y reclamó un reconocimiento, por ejemplo, para las víctimas de la violencia de género. Precisamente ayer mismo la Cámara aprobó, al finalizar el Pleno, una declaración institucional en la que ratificaba su compromiso contra las agresiones machistas.
Jesús María Larrazabal, de EA, aseguró por su parte no tener ningún reparo en que se mencionara a ETA, y de hecho estaba de acuerdo con las "líneas generales" del texto, pero pidió que igualmente se hiciera referencia a los casos de torturas a las personas detenidas bajo la acusación de estar vinculadas a ETA.
El fracaso de los grupos estaba servido y los cruces de reproches no podían tardar en llegar. Efectivamente, el socialista Mikel Unzalu lamentó que PNV y Aralar se negaran a "incorporar referencias explícitas al terrorismo en Euskadi, cuando es el elemento que vulnera los Derechos Humanos".
Íñigo Iturrate afirmó, por contra, que apoyaba la declaración, que tan solo planteó reducir las referencias a ETA, sin eliminarlas, para dar más cabida a los Derechos Humanos en su conjunto, y que había acordado un texto alternativo con el PSE. Fue Aralar, según Iturrate, quien impidió el consenso al no admitir tampoco esta propuesta.
Unzalu afirmó, sin embargo, que el PNV se limitó a reconocer a las víctimas, lo que imposibilitó el acuerdo al que aludía el parlamentario jeltzale. "Es insuficiente", aseguró el representante del PSE. Gorka Maneiro, de UPyD, criticó la "equidistancia y la pobreza moral" de un PNV que "prefiere hablar del hambre o las epidemias".