ara redondear este último magnífico año que llevamos todos, me ha tocado hacer frente a una lesión de menisco en plena pandemia. Tras varias semanas esperando la llamada de la clínica, se me encontró un hueco en el que poder comenzar la rehabilitación respetando, cómo no, la distancia de seguridad con el resto de pacientes y la limitación de aforo. Inspirado por precedentes de rodillas machacadas como la de Rafa Nadal o Sergio Canales, completé las primeras sesiones con la banda sonora de Rocky sonando en mi imaginación. Todo iba sobre ruedas hasta que la fisioterapeuta tuvo que confinarse por un caso de covid-19 en su entorno. Otra vez a esperar que se libere una plaza para retomar el tratamiento. Qué remedio, a estas alturas ni una pierna biónica va a conseguir que me gane la vida con el fútbol. Quienes realmente me preocupan son aquellos que de verdad necesitan atención y se encuentran encallados en una eterna lista de espera. ¿Cuántos casos de cáncer u otras enfermedades mortales se están pasando por alto a causa de un doctor confinado o una consulta telefónica que debió realizarse presencialmente?. Que sigan invirtiendo en cualquier cosa antes que en contratar personal sanitario.