o se trata de confinar al 100% de los ciudadanos para que el 1% contagiado se cure, se trata de detectar al 1% que va contagiando y que el 99% salga a la calle a buscarse de vida”. Es la polémica frase que dejó el fin de semana la presidenta de la Comunidad de Madrid en una entrevista. La controvertida afirmación ponía la guinda a una semana de desenfreno político entre el Ejecutivo autonómico y el Gobierno español en torno a las restricciones y el cierre final de Madrid por la pandemia. La escalada llegó al punto de que el debate era ya que Ayuso se enfrentaba, bien a una moción de censura, bien a acabar convocando elecciones. Ambas tesis encontraron terreno abonado en la brecha creciente entre Isabel Ayuso y su vicepresidente, Ignacio Aguado, de Ciudadanos. Hasta el punto de que algunos expertos en el lenguaje oculto de Génova aseguraban que el apoyo “sin fisuras” de Teodoro García Egea a Ayuso del lunes era la antesala de su caída en desgracia. Pablo Casado salió a zanjar el asunto: “Ni elecciones ni moción de censura”. Ciudadanos, entretanto, juega en sus cuarteles de invierno a intentar volver a aquel centro, mirando al Gobierno de Sánchez, por un lado, y, con todas las salvedades, al de Ayuso por otro. Ayuso resiste. Ayer nombró nuevos viceconsejeros nada menos que de Sanidad y Educación.