hora que quizá sea indispensable aprovisionarse de mascarillas y geles hidroalcohólicos para prevenir el contagio del coronavirus me empiezan a surgir dudas. Y mi indignación crece a medida que intento resolverlas. Caso real: hace tres semanas, una empresa distribuidora cobraba 15 euros el litro de gel. Ahora, unos días después, anuncia que la nueva tarifa es de 36 euros por la misma cantidad. Lo tomas o lo dejas. O sea, este bien considerado básico, de primera necesidad, cuesta un 140% más. ¿Y las mascarillas? Pues ahora mismo no hay pero cuando las tengamos vete preparando la chequera. Conozco una farmacia que las que antes vendía por menos de dos euros pide ahora 19 (850%). Viva el libre mercado, ese que se aprovecha de la enfermedad de la gente para enriquecerse. Sin escrúpulos, que así son los negocios en el sistema que nos hemos montado. Si fuera mal pensado, diría que la OMS y los gobiernos han mareado la perdiz al principio de la crisis lanzando mensajes contradictorios sobre la conveniencia de usar mascarillas -que si evitan los contagios, que si en realidad no sirven de nada- para ir creando necesidad y, antes de concluir que serán obligatorias, dar tiempo a montar el negocio con el que algunos se van a lucrar. Urge habilitar la producción masiva y fijar precios máximos.