En el denso y frondoso hayedo de las estribaciones del monte Oketa en Zigotia, cercano a Ubidea, el Talde Etnografiko Abadelaueta ha reconstruido la txabola Ziskino. En ella vivieron largas temporadas pastores de Ubidea (El Pipas, Julián Lekue, y su hermano Hilario, Txiki). Es un lugar emblemático, recuerdo del duro trabajo de quienes cuidaban sus rebaños en primavera y verano y conservaban el entorno ecológico de este enclave de singular belleza que unía pueblos y comarcas en sus bosques sombreados de centenarios árboles. Es también una estratégica encrucijada da caminos que comunica esta zona, que quedó también atravesada por las trincheras de la guerra que defendió Euskal Herria.Con la dirección de arqueólogos e historiadores de la UPV, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y con el apoyo del Ayuntamiento de Zigoitia, se va recuperando también la densa memoria de las diferentes épocas que las laderas del Gorbea esconde. Sus txabolas, como la de Ziskiño, sus carboneras, sus caleros y molinos, sus ermitas, sus canteras donde se tallaron sorprendentes piedras de molino… son recuerdo vivo de la vida y costumbres de nuestros antepasados. La txabola Ziskiño a la que se llega a través de caminos sombreados por sus hayas y alfombrado por sus hojas y hierba es un lugar de profundo sentido ecológico. Está abierta a quienes llegan hasta ella. Es una invitación a oír el silencio de su bosque y a conectar en las misteriosas noches estrelladas con el cosmos que envuelve nuestra Ama Lur, nos relacionada con todo el universo y trasmite la energía profunda que nos une y atrae, como las piedras que la forman, en un inmenso lugar de relaciones humanas, ecológica y cósmicas.