Hace 15 años, ISPIM (International Society for Professional Innovation Management) celebraba en Bilbao su XXI Conferencia bajo el reclamo “las Dinámicas de la Innovación” en la que tuve la oportunidad de ofrecer la conferencia de bienvenida (Co-creating innovative value / Cocreando valor innovativo) en línea con las ideas clave que en aquel tiempo abanderaba C. K. Prahalad quien, junto con M.S. Krishna lideraban lo que se entendía “una nueva era de la Innovación”, orientada a su obra referente, Driving co-created value through global Networks (Valor compartido a través de redes globales). Ponía el acento en la integración, sin fronteras, de la estrategia, los procesos de negocio, las tecnologías aplicadas y las personas, sugiriendo una “Arquitectura Transformadora” de los Modelos de Negocio.
Esta semana, entre Bilbao 2010 y Bergen 2025 en donde se celebra la Conferencia actual de ISPIM, resulta innumerable la cantidad de documentos, modelos, informes, contribuciones “vectores” de la, en cada momento, “nueva era de la Innovación”. De una u otra forma, cada autor, cada escuela, cada agente “innovador”, conforma una determinada estructura o modelo, que interpreta, avanza, refuerza o divulga la relevancia de la innovación, esencia transformadora de respuestas a los diferentes desafíos, cambiantes, a los que se enfrentan sociedad, gobiernos, academia, empresas y personas.
Echar un vistazo al amplio programa que Bergen ofrece estos días, nos lleva a considerar, en mi opinión, tres grandes apartados que justifican, en sí mismos, la oportunidad de la elección de la ciudad de Bergen, de Noruega y del espacio Nórdico-Escandinavo, con sus características y enfoques diferenciados, locales a la vez que de inspiración glokal: 1) Innovar en la Economía Azul (y muy especialmente en el ámbito de los Océanos); 2) ¿Qué y cómo debemos enseñar, divulgar y educar para la innovación en un “nuevo orden disruptivo” mundial. La inevitable cocreación de valor en una amplia y continua constelación de cadenas globales y locales de valor (en este caso, en/desde/para el agua).
Recuerdo con especial aprecio mi intervención en la Conferencia de Bilbao, un par de meses después del fallecimiento de Prahalad con quien tuve oportunidad de reunirme, en Chicago, como contraste y preparación de mi tesis (Netting Coopetitive strategies through knowledge: Business, Governments and Communities) y cuando ya él llevaba sus reflexiones más allá del management, de la propia innovación y la estrategia, hacia lo que para muchos le convirtió en el referente de la “Base de la Pirámide”, diseñando estrategias innovadoras, coopetitivas, hacia el “cliente-consumidor” (como él apuntaba), de escasos recursos, en la base de ingresos. Centraba la mirada en el mundo global menos favorecido, que demandaba (y demanda) máximo valor en los servicios y productos que necesita o desea y/o adquiere. Gran Sur Global de máxima relevancia, día a día, en este nuevo mapa y orden mundial que vivimos.
Hoy, en Bergen, aquellas dinámicas innovadoras, su adaptación a la triple dimensión inseparable de innovación-estrategia-competitividad, pretende compartir ideas en relación con aquello que se está enseñando o aplicando, el cómo se hace, a quien va dirigido y qué impacto real genera en las sociedades a las que sirve. ¿Se trata de ampliar el contenido de los programas educativos con un currículum cada vez más amplio? ¿Hemos de formar agentes cognitivos o aprender a “dominarlos” y ponerlos a nuestra disposición no dejándonos llevar por la fuerza de la tecnología en sí misma, sino usarla a nuestro servicio, adentrados en la omnipresente inteligencia artificial? ¿En qué, dónde y para qué hemos de aplicarla? ¿Cuál es el propósito de la innovación transformadora emprendida? ¿En qué medida buscamos modelos y usos únicos, diferenciados, estratégicos que eviten el que todos hagamos lo mismo? Innovar con sentido y propósito.
Sin duda, compleja base de partida, extraordinariamente esencial, desde la que abordar espacios de futuro y es aquí donde Bergen, su historia, su cultura, su conocimiento y fortalezas diferenciadas nos abre la puerta de la Economía Azul. Pretende aproximarnos a conocer las cuestiones básicas para un curso introductorio: las características y dimensión de los océanos, las potencialidades (también enormes riesgos y peligros), los enormes escollos, recursos, tiempos imprescindibles por intervenir en ellos, las riquezas (biológicas, alimentarias, minerales, energéticas...) que contiene y, a su vez, el enorme desconocimiento real para su máximo aprovechamiento. Nos ofrece la oportunidad de reparar en múltiples elementos la más de las veces desconocidos (trillones de dólares/razones para bucear en ellos, elementos o recursos clave para terminar con la escasez de alimentos, de energía, agua e incluso “tierra habilitada y disponible”, “vehículo esencial para el soporte de las infraestructuras tecnológicas del futuro”, “la obligatoriedad de compartir espacios a lo largo del mundo”, la base de la química del futuro, de los fármacos y drogas del mañana). Como menciona un Informe del Bofa Global Research: “Sabemos más de la superficie de la luna y de Marte que de las profundidades del Mar”. Unos océanos que cubren el 75% de la superficie de la tierra, que contiene el 97% de nuestra agua. 350 millones de empleos están ligados al mundo de los océanos y ya la acuacultura, por ejemplo, provee el 50% del pescado consumido en alimentación y acoge las infraestructuras criticas para la revolución de la Inteligencia Artificial Generativa, ya que el 90% del tráfico de datos “viaja” a través de cables submarinos. Así, observar la inmensidad de “cadenas globales de valor” que se entrecruzan, las grandes oportunidades especializables, la variedad de roles y jugadores posibles en todos sus ámbitos de impacto, constituyen una “puerta abierta para la Innovación”. Oportunidades que serán alcanzables en la medida que aquellos “vectores cocreadores de valor a través de redes globales”, que dirían los mencionados Prahalad y Krishna, conformen la arquitectura base para la generación de partenariados convergentes, desde la convicción de diferentes propósitos que motiven, incentiven y cohesionen las estrategias coopetitivas de todos sus actores implicables.
Una invitación a rediseñar sistemas de cocreación de valor, a identificar nuevos modelos de negocio únicos, a conformar alianzas con sentido ad hoc, a asignar los recursos necesarios, focalizar, priorizar su uso, a mitigar los riesgos implícitos, a asumir las experiencias largo placistas que conllevan y, por supuesto, a conectar los múltiples espacios y modos de conocimiento que se requieren.
Estos días Bergen como símbolo de lugar de encuentro y “espacios de especialización diferenciada”, en sintonía con el esfuerzo universal de Innovación estratégica y diferenciada tan necesaria, a la vez que extendida por el mundo. En este caso, “Innovación impulsada por la naturaleza”. Hoy, la oportunidad de adentrarnos en una gran fuente de oportunidad, la Economía Azul. Mañana, todo un mundo infinito a explorar.
Una inacabable innovación transformadora, atemporal, que siempre obligará a hablar de “nuevas eras”, tras cada paso firme a la búsqueda de un mundo mejor y que nos lleva a descubrir optimistas espacios (complejos y exigentes) que más allá de sus riesgos y dificultades, reclama actitudes y visiones positivas como abundancia de oportunidades y no como aplastantes problemas y escasez desincentivadora. Así, Economía azul (desde el agua como vector), fuente de estrategias, políticas e iniciativas innovadoras.