Hojeo ofertas académicas (el tedio es así) y me abruma el abanico de grados, posgrados y másteres que ofertan las universidades del estado. No tengo ni tiempo ni dinero ni paciencia para tanto conocimiento, así que renuncio humildemente. Eso por no hablar de que a primer bote no me fío de ningún rector -por magnífico que sea- que no tenga actualizado el certificado de penales. Si me personara en alguno de estos templos del saber hablaría únicamente con los bedeles. De todos modos, decido realizar un estudio sobre estos títulos que al parecer avalan tus conocimientos y facilitan una rápida incorporación al mercado laboral. Invierto tiempo y tinta en falsear unos cuantos títulos y salgo con ellos a investigar, eligiendo como primer sujeto del estudio a un taxista.
- Buenos días. Por favor, lléveme gratis al centro de la ciudad -ordeno extendiendo mi credencial de Máster en Liderazgo.
Algo que he podido oír desde el asiento trasero ha crujido en su cerebro. Sin decir palabra el taxista se apea y abre mi puerta.
- No le he abierto al subir porque no había visto el diploma. Pero ahora le abro al bajar y en paz. Fuera.
Fallo. Me pregunto si en lugar de “gratis” debería haber dicho “de forma altruista”, más suave para su oficio. Bueno, puedo aprovechar lo aprendido e impartir yo mismo un Taller de Semiótica para Taxistas. Lo anoto y me voy a la parada del autobús, herido pero no muerto.
Mi bus llega y subo mostrando mi Posgrado en Movilidad Sostenible y Gratuita. El conductor ni se inmuta.
- Mi hijo tiene treinta y seis años y diez o doce de esos papelotes, pero sigue viviendo en casa. ¿Te apeas o te apeo?
El estudio avanza y las conclusiones no son optimistas. Pero no cedo y me dirijo caminando a mi destino: un templo burocrático donde comprobar si estos impresos pueden agilizar trámites.
Sujeto: funcionario con ojeras de noche en sofá y marca blanca de alianza en dedo anular. Me siento y alargo mi diploma de Máster en Inteligencia Emocional y Estulticia Sexual.
- Follamos poco y mal ¿eh? -añado campechano.
Mira el papel, me mira a mí y mira su reloj.
- Es mi hora de almorzar -concluye- Hágase un favor: no esté aquí cuando yo vuelva.
Así nos va. No me desazona el trámite sin resolver, sino que nadie se tome en serio tanta mandanga académica. Y yo esperanzado con mis cursos de Máster Empresarial en Estrategias de Futuro: Tarot y Bola de Cristal, Curso en Dificultades del Aprendizaje (para alumnos que no las tengan) o Posgrado en Altas Capacidades y Desarrollo del Talento (disponible cuando tengamos profesorado apto). Qué país.