Habrá visto usted el vídeo. Bosco, uno de los participantes de Supervivientes All Stars de Tele 5, sale volando como un trapo y se golpea brutalmente, dos veces, contra la estructura de la llamada Noria infernal, que en esta ocasión habían puesto a una velocidad endiablada hasta que pasó lo inevitable, como lamentó su tía en el plató: “Es que a esa velocidad es fácil que pase, joder, de verdad, no puede ser, es que se veía venir”. Vázquez, molesto, le rebatió la queja, “no, no se veía venir porque la semana pasada aguantó”, pidió tranquilidad, aseguró que había escuchado al chaval decir que estaba bien, la familiar respondió “pues yo no”, y continuó el programa con sus gracietas.

En un reality en el que por una cagalera te repatrian desde Honduras, todo hacía pensar que ya no veríamos más a Bosco porque lo llevarían, inmovilizado en una camilla tras el hostión tremendo recibido, a las urgencias de un hospital para hacerle las correspondientes pruebas en busca de lesiones internas. Pues no, apenas seis minutos después, un dolorido Bosco, que caminaba con dificultad y parecía mareado, reaparecía en pantalla y, pese a su mal estado, le animaban a subir a la plataforma donde se encontraba la presentadora.

Él habló de “un golpe serio en las costillas”. El programa, de que “afortunadamente, está todo bien”. Incapaz de seguir de pie y de disimular el dolor, se tuvo que sentar tras intentar calmar a su familia. Entonces, ya sí, tranquilizados todos, familia y audiencia, piensas: ahora se lo llevarán a un hospital. Pero tampoco. Al rato, le tienen participando en otra prueba de resistencia en la que le toca empujar una bola gigante con una persona dentro, pese al tremendo accidente que acaba de sufrir. Y allí le tienen con más pruebas, hasta el final del programa, tres horas después. 

El chaval, de 21 años, parece más preocupado por no defraudar a los responsables del reality y tranquilizar a su familia que por el daño sufrido. Desde la cadena, algo similar: aquí no ha pasado nada, el espectáculo debe continuar porque se guardaban para la traca final un supuesto vídeo de un escarceo amoroso del chaval, que luego resultó no ser tal: solo cuchicheos en la oscuridad. 

Pero no, no todo vale por la audiencia y no es la primera vez que ocurre una desgracia. En GH 14 un concursante ya acabó con los dos brazos rotos porque saltó cuando le dijeron salta. 

Ante un accidente como el sufrido por Bosco en Supervivientes, por mucho que él quiera seguir, deben contar con un protocolo que les obligue a enviar al concursante al hospital para que le hagan las pruebas necesarias. Lo que hicieron fue una temeridad. Y de la misma forma, es preciso evaluar los riesgos de las pruebas: si giran a toda velocidad la noria y algún concursante resbala, la estructura lo va a voltear y golpear bruscamente antes de que caiga al agua. Es pura lógica. No vale todo por la audiencia: ni exagerando vídeos chorras por morbo ni minimizando riesgos y accidentes.