Mucho se hablado estos últimos meses de la Ley Vasca de Educación recientemente aprobada por el Parlamento de Gasteiz. Ríos de tinta han corrido sobre el posicionamiento de los diferentes partidos ante el texto legal, el alto grado de consenso que alcanzó el documento de bases o la permanencia o eliminación de los modelos lingüísticos. Poco se ha dicho, sin embargo, sobre uno de los aspectos centrales y primordiales de la ley: la educación inclusiva para la totalidad del alumnado en parámetros no sólo de calidad sino de excelencia.
Esta inclusión, que nunca ha de interpretarse en términos de concesión sino de derecho básico y fundamental para todas aquellos alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales y objetivo de plenitud para el conjunto de la sociedad, adquiere especial relevancia en el ámbito de la diversidad funcional y, más concretamente, en el complejo y heterogéneo mundo del autismo.
Desde que a inicios de los 80 Gautena comenzase con el despliegue de sus aulas en los centros ordinarios de Gipuzkoa, el recorrido realizado en pos de la inclusión del alumnado con necesidades especiales, siempre de la mano del Gobierno Vasco, se puede calificar de pionero y francamente exitoso. Fiel reflejo de esta colaboración público-privada fue la creación en 1987 de la Comisión de Educación Especial presidida por el entonces consejero José Ramón Recalde y asesorada por el psiquiatra Joaquín Fuentes como experto en autismo. Fruto del análisis conjunto de esta comisión con numerosos representantes de instituciones y colectivos, se redactó el documento Una Escuela Comprensiva e Integradora, de 1988, reflexión innovadora que sentaría las bases del modelo actual.
Hoy, este espacio colaborativo de alto interés pedagógico que fomenta, al igual que en el sistema ordinario, la escolarización de proximidad como valor para la integración social, debe dar un salto cualitativo desarrollando con audacia en próximos decretos lo dispuesto en la propia ley. Y dicho salto debe abordar, cuando menos, los siguientes aspectos. Por un lado, atender en lo humano, pero también en cuanto a financiación, a aquellas necesidades educativas de naturaleza excepcional derivadas de afectaciones funcionales muy graves o de trastornos graves de conducta (agresividad, autolesiones etc.). El voluntarismo y el buen hacer de los profesionales no es suficiente y lo redactado en un documento debe venir acompañado de acciones objetivables y, sobre todo, cuantificables. Buenas palabras sin presupuesto económico, de poco sirven.
En segundo lugar, asegurar la coordinación tanto estratégica como operativa del Departamento con las distintas entidades de apoyo a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, siendo fieles a la filosofía de los años 80, ahora más diluida. Nuestras entidades acumulan un bagaje de experiencia, especialización y capacidad de gestión de los espacios de interacción entre sistemas educativo, social y sanitario, que constituyen un enorme valor que la administración ha de aprovechar. Si no lo hace, corremos el riesgo de desajustes innecesarios, descoordinación de recursos y duplicidades que la gestión pública y el modelo de país no deben permitir.
En tercer lugar, promover de forma permanente la formación de los docentes y del personal educativo en lo que respecta a los apoyos al alumnado con diversidad funcional. El profesorado de los recursos ordinarios ha de estar capacitado para asegurar la presencia, aprendizaje y participación de la totalidad del alumnado, siendo éstos elementos esenciales para una inclusión efectiva. En esta línea de trabajo, y con la premisa de que en este terreno existe un amplísimo margen de mejora, desde Gautena estamos trabajando por aportar nuestra experiencia y conocimiento a los equipos profesionales de los sistemas de educación tanto pública como concertada. El objetivo, incentivado por la valoración altamente satisfactoria de los propios docentes, es ofrecer en el corto o medio plazo una cobertura estructurada a este plan formativo. Una cobertura adaptada asimismo a los retos y desafíos de cada momento y que debe progresar en parámetros de más especialización y mayor nivel formativo.
En cuarto y último lugar, es fundamental que los próximos desarrollos normativos, con especial mención al proyecto de Decreto sobre la respuesta a la diversidad, que se encuentra en fase de conclusiones, recojan la forma de materializar de forma efectiva las voluntades y principios recogidas en esta ley.
Si tal como establece la propia ley, hemos interiorizado que la innovación educativa es un valor público que no sólo concierne a las personas con diversidad funcional sino a todo el cuerpo social vasco, las recetas para ampliar los programas innovadores en materia de autismo no pueden estar basados en unas pocas fórmulas estandarizadas sino en un abanico de múltiples acciones para favorecer el adecuado desarrollo educativo de cada persona con diversidad funcional.
Creatividad y flexibilidad deben ser la palanca para hacer realidad el objetivo de plena inclusión y plena atención marcado por la Ley Vasca de Educación. Concertación y cooperación permanente la mejor manera de trabajar en ello. Gautena dispone de metodología, capacitación técnica y conocimiento y está preparada; nos consta que el Departamento de Educación también. Abordemos juntos este maravilloso reto.
Ongi etorri Hezkuntza Legea! Ezina, ekinez egiten da. Denok batera, askoz hobe.
Presidente de Gautena (Asociación Guipuzcoana de Autismo)