Las cosas por su nombre

Lo que Israel está haciendo en Gaza es una matanza de inocentes. Podemos discutir a partir de aquí, pero la base para la conversación es esa, aunque siga habiendo gente a la que le cueste llamar a las cosas por su nombre. Hace unos días, el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, participó en un foro sobre derechos humanos y utilizó ese mismo calificativo, “matanza”. Automáticamente, parte de los asistentes se levantó y se fue. Y sí, lo que hizo Hamas fue otra matanza que no me cansaré de señalar. Pero, parafraseando a Borrell, “un horror no justifica otro horror”.

¿Y ahora qué?

No es que lo digamos Borrell o yo. Es que el ex fiscal de la Corte Internacional, Luis Moreno Ocampo, lo ha dicho aún más claro: “Si ves la situación en Gaza con perspectiva, es un exterminio, un crimen de lesa humanidad y una forma de genocidio. Que Israel quiere un asedio está muy claro, sus intenciones de destruir a esta población”. Porque sí, según el Convenio para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio (que Israel firmó), infligir condiciones para destruir un colectivo también lo es, sin necesidad de llegar a matar. ¿Y ahora qué? ¿Alguien va a hacer algo?

Me faltan calificativos

No encuentro palabras para expresar lo que me hierve la sangre con esta noticia: “Un señor de 94 años, obligado a empujar la silla de su mujer con alzheimer por falta de ambulancias” (El Periódico). Ramón y María son los protagonistas de la indignante imagen, que tendría que hacer que a políticos y responsables del centro hospitalario de Campdevànol se les cayera la cara de vergüenza. Se vieron obligados a recorrer así la distancia hasta la residencia donde está la mujer con 2 grados en la calle porque no había ambulancias disponibles. Si esto no es el mayor fracaso del sistema, no sé qué puede serlo.

Fracaso sin paliativos

Otro fracaso del sistema (educativo) son los resultados del Informe PISA. Vaya torta de realidad. La pandemia, culpable de tantos males, ahora está también detrás del fracaso de nuestros alumnos en Matemáticas, Ciencias y Lectura. Vale que PISA es un indicador más, pero no el único. Vale que hay aspectos que no mide. Vale que el descenso es generalizado en Europa. ¿Y ya está? ¿Como al resto le va peor, oye, ni tan mal que quedamos por encima de la media? En el país de los ciegos, el tuerto es rey. Nunca habíamos tenido unos resultados tan malos. No hay que conformarse y sí que seguir trabajando para revertir esto.

Ya era hora

Nunca es tarde si una resolución viene a terminar con una práctica abusiva. El Instituto Vasco de Consumo - Kontsumobide ha multado -por fin- a Yelmo Cines con 30.000€ por impedir a los usuarios el acceso a sus instalaciones con alimentos y bebidas adquiridos en el exterior. Algunas asociaciones de consumidores llevaban meses denunciándolo. Sólo espero que el recurso de la empresa quede en nada y que tengan que pagar la multa, primero, y retirar la restricción, después. Las siguientes, las aerolíneas con las maletas de cabina, aunque esa es otra guerra sobre la que ya tocará escribir.