Cuando las cosas se sacan de su lógica y de su contexto natural, pierden todo sentido y creo que en este mundo globalizado donde la superficialidad va tomando más y más presencia y donde todos opinamos de todo y todos sabemos de todo. Se lanzan propuestas, sentencias que se escapan de toda lógica y sensatez con interpretaciones totalmente subjetivas.
Y me refiero a la polémica infundada de la palabra Hazia (semilla) en boca de todos por la sentencia impuesta de prohibir el nombre a una criatura recién nacida, precioso nombre por cierto, con un significado profundo y sin ninguna acepción a la interpretación torticera que pretende darle la señora jueza de Vitoria. ¡Válgame Dios! Dicen que la ignorancia es atrevida, pues ni por esas.
Consciente de mi desconocimiento en materia jurídica, no se me ocurriría ni me atrevería a llevar la contraria ni siquiera a discutir ni hablar en su terminología dando por ciertos razonamientos infundados; pero al parecer un juez, jueza en este caso, se entromete desde su desconocimiento en un tema que sentencia, porque tal vez en Google ha encontrado un matiz peyorativo, que suena mal y en su opinión y según su pensamiento y su condición resulta impropio y dañino.
Posiblemente esta señora jueza desconozca no solo el euskera sino el latín al que ha dirigido el posible cambio, y triste que razone y argumente su opinión desde el absoluto desconocimiento lingüístico.
Según el diccionario de la real academia española: CÍA: del latín: Cilla: Silo de guardar semilla o forraje. Semen a la que hace hincapié: del latín Semen-seminis; Sementiz, Zemendi: siembra en euskera Semendia: Mes de la siembra o Azaro (Hazi-aro) Época de la siembra.
Por cierto, en latín la grafía C: sería K en su pronunciación, Pacem: Pakem. Pero vayamos al caso. Sinceramente, creo que la señora jueza en su ignorancia, que siempre es atrevida, ha roto el silencio rozando en lo ridículo. Y ¿qué sentido en Cia: Zia con Semilla? ¿Dónde está correlación?.
Siempre me gusta pensar desde el lugar donde todo el mundo tiene derecho a equivocarse, a equivocarnos, porque si no fuera así, me apenaría pensar y recordar otros tiempos que creía estaban olvidados, ya obsoletos, donde te prohibían utilizar nombres como en mi caso, que aunque un tío mío era Gontzal y murió antes de la guerra civil española, a mí me obligaron a inscribir y formalizar mi nombre como Gonzalo, en la escuela y en cualquier institución que se preciara, aunque en mi casa siempre he sido Gontzal. En aquellos tiempos, a los nombres como: Izaskun, Itziar, Arantzazu, obligatoriamente había que poner por delante María (María Itziar…). En fin, me recuerda a tiempos pasados oscuros, donde remover no vendría al caso.
Así pues, centrémonos en el hoy, en su contexto de la palabra Hazia y su acepción más común, más lógica y coherente, huyamos de prejuicios y percepciones obsesivas con no sé qué propósitos sin sentido y no busquemos acepciones infundadas ofensivas, como en este caso, donde no las hay.
Es impropio de alguien profesional que, desde su reconocida materia, saliendo de contexto, nos venga a prohibir un nombre tal usualmente conocido como es Hazia y que bienintencionadamente usamos su terminología el común de los mortales para darle el significado habitual y entendernos. Buscar tres pies al gato, seria corromper lo natural con aquello que día a día usamos como una acepción normal y normalizada.
Evidente que una palabra puede tener un sentido polisémico, es decir que abarque distintos ámbitos, contextos o registros, pero siempre se ha de prevalecer en los criterios racionales de uso y significado más general.
Y como hablamos del significado de palabras que tal vez sacamos de contexto. Decía el gran musico Ludwig van Beethoven “Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”. Pues ya que hablamos en terminología artística y musical, me gustaría invitarle a señora jueza al musical Hazia, que dentro de poco también lo presentamos en su ciudad Vitoria-Gasteiz. Seguro que será de su agrado y rompe sus esquemas incomprensiblemente obsoletos y fuera de todo contexto lógico.
En fin, que la pequeña Hazia crezca, siga dando frutos y construya con tesón su camino.
* Gontzal Mendibil es músico