l transporte marítimo representa en la actualidad el 95% de todo lo transportado en el mundo, correspondiendo dos tercios al tráfico de petróleo y minerales y siendo portacontenedores una quinta parte del total. Los megacontenedores se habrían convertido en elementos imprescindibles para mantener la febril capacidad exportadora de China, de los tigres asiáticos o de la Unión Europea ya que aúnan la capacidad de transportar unos 800 millones de toneladas y es mucho menos contaminante que el transporte aéreo y por carretera aunque estaría amenazado por la subida estratosférica del coste de los fletes debido al actual colapso del tráfico de mercancías post pandémico.
Desde el punto de vista económico, la región ártica cobra una especial relevancia ya que debido al progresivo deshielo, se recupera una antigua ruta navegable que abre la posibilidad de atravesar todo el año el Paso del Noroeste. Además, ofrece a las empresas navieras una reducción considerable de los tiempos de navegación que tendrá como efectos colaterales la progresiva disminución del tráfico marítimo por las rutas tradicionales marítimas del siglo XX, devenidas en una complicada carrera de obstáculos debido a la saturación de tráfico y a la inestabilidad política de los países circundantes y que tendrían como hitos principales el canal de Suez, el Golfo de Adén, el Estrecho de Ormuz y el estrecho de Malaca.
Según el presidente de la Academia de Problemas Geopolíticos Leoníd Ivashov en declaraciones a km.ru, “la Ruta marítima del Norte se libera de hielo, haciéndose más navegable y reduciendo en miles de kilómetros el tránsito de la carga en el hemisferio oriental, lo que convierte al Ártico en una región geopolítica importante”. Así, según un análisis del columnista del portal Odnako, Alexánder Gorbenko, “la ruta marítima del norte (que une el Atlántico y el Pacífico a lo largo de las costas de Rusia), está considerada una alternativa al canal de Suez y al de Panamá, lo que podría convertirla en un futuro próximo en uno de los corredores comerciales más importantes del mundo”. La Ruta Marítima del Norte y el Paso del Noroeste son las rutas marítimas a lo largo de los bordes del océano Ártico (más exactamente a lo largo de las costas del norte de Canadá y Rusia) y aúnan la capacidad de proporcionar un medio para el transporte de los recursos naturales (petróleo y gas) extraídos en el Ártico amén de una reducción notable de la duración del trayecto de los envíos de mercancías desde el Pacífico hasta las costas atlánticas de Europa y América del Norte ( con esta nueva ruta se ahorrarían 7.400 millas náuticas de las 11.500 que actualmente hay que emplear para unir Hamburgo y Yokohama).
Por parte rusa, el 14 de agosto de 2010, el primer tanquero de alto tonelaje partió de puertos rusos tomando la Ruta del Mar del Norte hacia Asia y alcanzando Pevek en la Península de Chukotka e igualmente, en el otoño de 2010 el primer embarque de hierro fue enviado desde Kirkenes, Noruega hacia China a través de la Ruta del Mar del Norte y China envió por primera vez un buque mercante a Europa a través del Paso del Noreste y se habría asegurado el acceso al Ártico tras la firma con Islandia de un TLC mientras que Canadá también se prepara para un incremento significativo de la utilización de la ruta noroeste del Ártico.
El Canal de Panamá es un canal artificial inaugurado el 15 de agosto de 1914 y que significó un hito en el transporte marítimo al unir los océanos Atlántico y Pacífico y evitar sortear el Cabo de Hornos, con un tránsito estimado por su sistema de esclusas de más de 14.000 barcos y una carga de 300 millones de Tm anuales (5% del comercio mundial), según datos de la Autoridad del Canal de Panamá. Sin embargo, las cifras de tránsito de los últimos años adolecían de un constante deterioro pues el canal de Suez le habría arrebatado parte de su segmento de mercado natural, por lo que la inauguración del nuevo Canal de Panamá ampliado servirá de revulsivo para recuperar el mercado perdido. Así, tras siete años de contratiempos técnicos y financieros, el consorcio de empresas liderado por Sacyr (GUPC) ha dado por finalizada la ampliación del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá, obra faraónica que representará un hito de la ingeniería civil así como una auténtica revolución en la navegación marítima del siglo XXI al permitir el tránsito de cargueros de más de 400 metros de longitud y 50 metros de ancho (los llamados post-Panamax) capaces de transportar hasta 12.500 contenedores en un sólo viaje empleando unas 18 horas para enlazar el Atlántico y el Pacífico que se traducirá en un incremento de la carga transportada hasta los 600 millones de Tn anuales (10% del comercio mundial) así como una importante fuente de ingresos para Panamá estimado en 19 millones de dólares diarios.
Además, en la próxima década asistiremos a la implementación de nuevas Autopistas del Mar en el Transporte Marítimo de Corta Distancia (TMCD) que serían alternativas de transporte de pasajeros y carga comercial que utiliza las vías acuáticas interiores y costeras con el objetivo inequívoco de reducir costes y contaminación y de lo que sería paradigma el puerto de Bilbao, líder en Transporte de Mediana y Corta Distancia en la fachada atlántica. Ello, aunado con el previsible boom de la Ruta del Ártico terminará por provocar un verdadero tsunami en la actual arquitectura marítima mundial, al surgir nuevos corredores marítimos que ofrecerán a las empresas navieras una reducción considerable de los tiempos de navegación que a la postre redundará en una progresiva disminución del tráfico marítimo por las inestables y saturadas rutas marítimas del siglo XX siempre que se supere el colapso del tráfico de mercancías post pandémico y vuelva a ofertar unos fletes competitivos. * Analista