Quisiera poner en comunicación de la autoridad competente lo que sucedió el sábado 19 de octubre en un pueblecito a dos kilómetros de Salvatierra-Agurain. Un familiar mío, portador de stents, se sintió mareado, al poco se desplomó cayéndose al suelo, golpeándose en la cabeza. Tras recuperar la conciencia unos segundos, la volvió a perder quedándose rígido sin responder a estímulos. Nos costó cuatro minutos contactar con el 112 porque estaba todo el rato comunicando. Había tres familiares llamando. Una de ellos, al no poder contactar con el 112, llamó al hospital Txagorritxu indicándole que llamara al 244444 desde donde enviaron la ambulancia; casi a la vez otra familiar consiguió contactar con el 112. Nos preguntamos cómo es posible que el 112 comunique, cómo es posible que nos costara cuatro minutos en contactar para que enviaran una ambulancia. Es algo que no entendemos, surrealista. Invitaría, a quien corresponda, a hacer una profunda reflexión sobre las decisiones que se están tomando en el ámbito sanitario y que hacen que las cosas no funcionen como tendrían que funcionar y que pueden llevar a un resultado nefasto.