Eran las 21.10 del pasado 19 del presente mes de junio. Acababa de finalizar el “concierto de fin de curso” de la Escuela Municipal de Música Luis Aramburu de Vitoria-Gasteiz. Comentaba yo, al salir de teatro, la cara de satisfacción de los asistentes y de los actuantes y, aunque no conozco personalmente al director, profesores, trabajadores y colaboradores de la escuela, seguro que esbozaban una sonrisa, no solo por haber llegado al final del curso con el trabajo bien hecho sino, y, sobre todo, viendo sobre el escenario el resultado del concierto.
No somos los vitorianos muy dados a valorar lo mucho que tenemos muy cerca de nosotros, a veces presumimos de grandes eventos que duran un día, dos, ?, pero amigos, aquí tenemos una Escuela que está formando a más de 1.000 alumnos y que cuando acudimos a una muestra de su trabajo como el que tuvimos ocasión de ver y escuchar el pasado miércoles, no podemos menos que decir gracias a todos los que desde cualquier puesto de trabajo hacen posible que ese número de niños, jóvenes y maduros, y algunos bien maduros, nos hagan ver como cualquier edad es buena para gustar de la música y disfrutar de ella. Valoremos pues, el esfuerzo y dedicación que este extraordinario grupo de profesores y trabajadores que con su entusiasmo están creando un espíritu musical y lo que supone este espíritu en la vida y por tanto en la ciudad.
Hace poco, escuchábamos a otro personaje vitoriano, Juanjo Mena, manifestar que lo primero que hay que hacer para crear ambiente musical en la ciudad es llegar a educar musicalmente a sus ciudadanos y esto es lo que, desde la Escuela Luis Aramburu, están haciendo este numeroso y entusiasta grupo. Seguro que, D. Luis, desde donde esté, se sentirá orgulloso de vosotros y nosotros, padres, abuelos y amigos de los alumnos, conocedores, muchos desde hace tiempo ya, de la labor que estáis haciendo, también sonreímos hoy, viendo el resultado de vuestro trabajo.
Gracias, otra vez, a todos. Seguid fieles a la letra de vuestro himno: “En la Almendra de nuestra ciudad la música suena al ritmo de la voz. ¡Vive la música en Gasteiz!” Que suene la música y que se oiga la voz, en eso tendréis un protagonismo importantísimo vosotros.
Un aitona.