El cálculo electoral y las urgencias políticas del presidente español, Pedro Sánchez, determinaron que dada la fecha elegida para el adelanto de los comicios generales, el Aberri Eguna que se celebra hoy en Euskal Herria tenga lugar en plena campaña del 28-A. Ya el hecho de que quien tiene la facultad de decretar la convocatoria de las elecciones obvie la circunstancia del Aberri Eguna, una fecha de alto significado para miles de vascos, denota una distancia con la realidad de Euskadi y con el sentir de sus ciudadanos. En cualquier caso, la celebración del Día de la patria vasca mantiene plena su esencia y su vigencia pese a desarrollarse en medio de una contienda electoral trascendental, también para los vascos. Muy pocas veces como en estas próximas elecciones se ha puesto en cuestión de manera más descarnada y más brutal el autogobierno de Euskadi, su Estatuto, sus instituciones, sus competencias, su capacidad de decisión. La pugna entre las tres derechas españolas -el PP de Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo, el Ciudadanos de Albert Rivera e Inés Arrimadas y el Vox de Santiago Abascal- por aparecer como el más patriota y el mayor defensor de la unidad -en realidad, uniformidad- de España bajo la excusa del procés en Catalunya augura tiempos muy complicados e incluso críticos para el autogobierno, que se encuentra en serio riesgo. Por ello, si algo tiene de positivo que este Aberri Eguna coincida con la campaña electoral es que se está percibiendo con meridiana claridad la apuesta de cada formación política y sus candidatos por Euskadi y por los intereses de los vascos. Los lamentables e insultantes mensajes que han lanzado tanto PP como C’s y Vox contra el Concierto, el Cupo, el euskera, la Ertzaintza, la educación y todo lo que tenga que ver con la competencia o gestión propia desde Euskadi no solo están retratando a estos partidos y, sobre todo, a algunos dirigentes de esas formaciones en la CAV y en Nafarroa, sino que permiten augurar una hoja de ruta para la deconstrucción nacional de Euskadi. Por ello, este Aberri Eguna, además de la reivindicación de Euskadi como patria de los vascos, se presenta como hito para la defensa del autogobierno con las urnas como objetivo a muy corto plazo para poner pie en pared a esta estrategia recentralizadora y destructora de lo construido con tanto esfuerzo y articular una defensa fuerte de Euskadi en Madrid.