Frenesí, urnas y perretxikos

Alguien decía ayer que en el debate de las enmiendas de totalidad a los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso se había hablado del juicio al procés -tanto que la presidenta de la Cámara Baja llegó a pedir con ironía a alguno de los intervinientes que mencionara de vez en cuando la palabra presupuestos por aquello de que pareciera que se centraba en el debate-, mientras que en el juicio del Tribunal Supremo se estaba hablando de política. Así están las cosas en la escena política española. Ni más, ni menos. El auténtico frenesí de acontecimientos en la montaña rusa en la que se ha convertido la vida política en el Estado hace ya que su imprevisibilidad haga previsible casi todo. Nada parece sólido, nada parece sustancioso, todo parece demasiado mezquino. A estas alturas, no tengo claro ni siquiera si el propio Pedro Sánchez sabe a ciencia cierta si adelantará o no las elecciones, así que como para hacer apuestas con el día. No descarten -o sí- que los colegios de Araba se llenen de urnas y fiambreras de perretxikos y caracoles. Propongo, en este hipotético caso y ya puestos, montar las mesas electorales en Armentia y compartir romería y talo, en alegre fiesta de la democracia, con presidentes, vocales, apoderados y demás fauna de colegio electoral. Pero vaya, ya veremos, ya digo que no descarto nada.