Habrán leído algo sobre el último fenómeno de moda: el vórtice polar. Por hacernos una idea así en plan rupestre, un frío que pela. Se trata de una masa de aire ártico que se ha despistado un poco de sus latitudes habituales y está afectando al medio oeste de EEUU con temperaturas de hasta -40ºC. El viento, advierten, puede provocar que la sensación térmica llegue a -60ºC. Llegados a este punto, permítanme la licencia, no sé si entre -40º o -60ºC hay ya mucha diferencia. En cualquier caso, al margen de que esto es Siberia-Gasteiz y tampoco nos vamos a achantar por que refresque un poco, admitamos que lo de “vórtice” y “polar” suena un poco apocalíptico, casi casi cuesta poco ya imaginar a los caminantes blancos avanzando por Chicago hacia el Muro. He recordado aquella película de género catastrófico, El día de mañana, en la que una serie súbitos desastres derivados del cambio climático concluye con Norteamérica asolada por un frío extremo. En la película se describe un curioso fenómeno: con EEUU congelado, el éxodo poblacional funciona hacia el sur, hacia México. La película no valía gran cosa, pero de pronto, con la historia del vórtice polar me he acordado. Así, rollo Nostra-damus, señales... Frío, muro... A ver si de verdad se va a acercar el invierno...