La universidad pública vasca dará en 2024 un salto de calidad con la puesta en marcha de la nueva Facultad de Medicina y Enfermería, un proyecto largamente anhelado por la propia comunidad universitaria, por los profesionales de la sanidad y por las instituciones del país. El anuncio del proyecto, presentado ayer por los consejeros de Educación y Salud, Cristina Uriarte y Jon Darpón respectivamente, y por la rectora de la UPV/EHU, Nekane Balluerka, coincide con el 50 aniversario del nacimiento de la primera facultad de medicina vasca. En este tiempo, el centro educativo se ha convertido en una referencia que ha ido consolidando un prestigio que ha traspasado fronteras. Sin embargo, la ubicación de la facultad en el campus de Leioa y las propias características arquitectónicas aconsejaban desde hace ya mucho tiempo su traslado, tanto para hacerla más fácilmente accesible para los alumnos como para situarla junto al hospital universitario de Basurto. La construcción del nuevo edificio, que contará con una superficie de 32.000 metros cuadrados, supondrá una inversión de 52,12 millones de euros. El Gobierno Vasco aportará 45 millones para la redacción el proyecto, la dirección de obra y la construcción del edificio, mientras que la UPV/EHU asumirá las partidas destinadas a mobiliario y equipamientos, supervisión de obras, licencias y tasas, por un total de 7 millones de euros. El traslado, no obstante, no será total, ya que el grado de Odontología se mantendrá en el remodelado actual espacio. Los responsables del Gobierno Vasco y de la universidad destacaron lo ambicioso del proyecto para afrontar con las mejores garantías las necesidades académicas, de investigación y sanitarias de la sociedad vasca del siglo XXI. Un proyecto “vital” para esa sociedad, como explicitó la consejera Uriarte. Por su parte, el responsable de la sanidad vasca, Jon Darpón, destacó el impulso que va a poder acometerse para asegurar con éxito el relevo generacional que debe encarar el sistema sanitario público del país, ya que la edad media del personal de Osakidetza se sitúa a día de hoy en los 53 años. La sanidad vasca, que está en el grupo de cabeza de los países con un nivel de desarrollo social más elevado del mundo, dio ayer un primer paso determinante para profundizar a futuro en el bienestar los ciudadanos.