Apunto de cumplirse el primer año de su mandato como presidente de Estados Unidos -lo hará el próximo 20 de enero-, Donald Trump está generando día tras día cada vez más dudas sobre su aptitud política y personal para ostentar la representación del país más poderoso del mundo, lo cual supone un grave problema a nivel global. Esas dudas sobre las capacidades reales de Trump han estado presentes desde que anunció su candidatura a la Presidencia y se han ido incrementando a medida que Trump ha ido tomando decisiones de calado o ha comunicado -en la mayoría de las ocasiones por medio de Twitter- sus ideas, propuestas, pensamientos o proyectos. Esta misma semana, en medio de la tensión que se vive entre EEUU y Corea del Norte, Trump respondió al líder norcoreano Kim Jong-un -al que ha llegado a llamar “bajito y gordo”- afirmando que él también tiene un botón nuclear “mucho más grande y poderoso que el suyo, y que funciona”. Una frase que ilustra el nivel que suele exhibir el mandatario norteamericano. Pero ha sido en los últimos días cuando esas desconfianzas y recelos respecto a Trump han tomado carta de naturaleza, sobre todo después de conocerse dos hechos de diferente signo pero coincidentes respecto a la personalidad y capacidad del inquilino de la Casa Blanca. Por una parte, una docena de congresistas se ha reunido con un reputado psiquiatra y profesor universitario, Bandy X. Lee, autor del libro El peligroso caso de Donald Trump, para dilucidar si el presidente está capacitado para ejercer el cargo. Asimismo, el periodista Michael Wolff ha publicado el libro Fuego y furia: el interior de la Casa Blanca de Trump, un crudo y pormenorizado relato del mandatario y su entorno, en el que, según el autor, sus propios asesores “lo ven como un niño y le llaman idiota”. El volumen, que Trump intentó evitar que saliera a la venta, ha generado un terremoto político en Estados Unidos. pero, sobre todo, ha dejado al descubierto la fragilidad del aparente imperio político del millonario empresario que, según alguno de sus exasesores, ni siquiera quería llegar a la Presidencia. Más allá de la controversia, la realidad es que amplias capas del país y de todo el planeta dudan de la capacidad, talento e idoneidad de un hombre que acumula un poder extraordinario y que, de hecho, puede suponer un peligro para el mundo.
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