Hay una palabra de moda. La oía mucho en el tranvía, en la espera del médico, en la pescadería? y quise saber más. Pronto, he aprendido que empatía es ponerse en el lugar del otro, sentir lo que el otro siente, meterse en sus zapatos.

Puff?qué difícil, con lo que llueve estos días en Vitoria. Seguro que los zapatos del otro están mojados. Si además, son zapatos viejos y rotos, todavía peor. ¿Os imagináis? Meterse en unos zapatos de transeúnte, de esos que no saben dónde van a pasar la noche, sin lugar fijo para perder la humedad... ¡A mí que me dejen tranquilo! Viéndolo así, esto de la empatía no me está gustando mucho. Como para pensar en meterse en los zapatos de los que llegan a nuestra ciudad y pasan por el Servicio de Urgencias Sociales de nuestro Ayuntamiento a pedir albergue y comida. Después de ver los datos, me entra un poco de miedo y de vértigo.

De las 420 familias, no empadronadas en Vitoria , que han llegado a ser atendidas por el Smus (junio-sep), al 78% de ellas (327) se les ha ofrecido como solución el que se vuelvan por donde han venido. De estas 420 familias, a ninguna se le ha dado un vale de comedor, ¿ será posible que todas estas familias sin hogar , no necesiten comer ? Solamente al 4,76% (20 familias), se les ha acogido en el servicio de albergue . Solamente 20 familias de un total de 420 han necesitado techo, según el Smus .

Y yo que siempre había pensado que Vitoria- Gasteiz era una ciudad acogedora, ciudad-refugio? nuestros políticos no hacen ni caso. De momento? el silencio que (en este caso) otorga rechazo, marginación, aporofobia? por respuesta. Estoy un poco perdido. No sé si borrar la palabrita de mi vida y pasar del tema, o de arriesgarme a sufrir con los que sufren y seguir denunciando la actuación del Smus ¿y tú?