Hace más o menos diez años que las obras en el convento de Betoño empezaron. En realidad, lo tenían que haber hecho antes y Krea tenía que estar a punto de abrirse en ese momento, pero ya se sabe, las cosas en palacio van despacio y a alguien en el Ayuntamiento de Vitoria le costó más de lo habitual hacer los cambios pertinentes en el plan urbanístico de la zona para que los permisos estuvieran en regla. Hoy se sigue hablando del centro cultural no nato pero sin entender dos cosas. La primera, que Krea, su modelo, su idea, su propuesta, ya no son posibles. De retomar la intención de convertirlo en un espacio para la cultura, habría que hacer un nuevo plan de objetivos y recursos adaptado a 2017 y los años venideros. Por cierto, aunque esto no lo sabe mucha gente, ya se encargó una alternativa hace unos pocos años -más acomodada, por así decirlo- y se desechó otra vez por considerarla todavía demasiado cara para el momento de crisis. La segunda, que es sorprendente que nadie le haya pedido cuentas a los distintos gobiernos municipales en este tiempo sobre la otra parte de la operación, esa que supuso que a manos del Consistorio fueran a parar el despreciado Palacio Elvira Zulueta y una parcela enorme en el Paseo de la Música sobre la que ningún partido político habla ni propone nada.