Quizá esta historia se pudiera resumir en cómo un asunto que a priori podría ser un conflicto jurídico entre la libertad de expresión y un presunto delito de injurias al rey puede acabar convertido en bronca política de dimensiones considerables. Ayer varios jóvenes fueron detenidos por no comparecer ante la Audiencia Nacional, a donde habían sido citados, por haber quemado varias fotos del monarca durante la Diada. La cosa no quedaba ahí, porque seis parlamentarios de la CUP rompieron horas después en una rueda de prensa sendas fotos de Felipe VI tras pedir la dimisión del conseller de Interior -los Mossos realizaron las detenciones- porque “no ha estado a la altura del momento democrático excepcional”. Con Soraya Sáenz de Santamaría comenzando a desplegar su encomienda en su despacho de Barcelona, la alianza independentista -que tiene cita clave el día 23 en la cumbre para el referéndum- vuelve a repetir el enfrentamiento entre CUP y los socios del Govern que ya vivieron hace poco tras el arresto de una alcaldesa por negarse a retirar una estelada. Ayer se preguntó a los parlamentarios de la CUP si estas detenciones cuestionan futuros pactos con JxSí. “Estas detenciones son un tema de alto calado político y son un elemento político en las negociaciones de todo tipo”, advirtieron.
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