Apenas seis meses después de que un grupo de inversores vascos comprara la empresa Sidenor a la firma brasileña Gerdau con el objetivo de reflotar la emblemática compañía siderúrgica manteniendo su centro de decisión en Euskadi, la dirección y los sindicatos CCOO, UGT, USO y CSI-F -que disponen del 76% de la representación de los trabajadores- alcanzaron en la madrugada de ayer un primer acuerdo mediante el que se pone en marcha un expediente de regulación temporal de empleo durante dos años. Cualquier pacto de esta naturaleza, mediante el que se acuerdan medidas de ajuste que afectan tanto a la actividad de las diferentes fábricas como a las condiciones laborales de la plantilla, tiene una doble lectura, matizada, como es el caso, por el nivel de consenso alcanzado. De este modo, se busca un relanzamiento de la actividad industrial de la empresa pero garantizando en todo caso que las medidas adoptadas tengan la menor repercusión posible en la estructura de la plantilla y en sus efectos para los trabajadores. Así, la firma vasca se ha comprometido a garantizar una importante inversión, que afectará fundamentalmente a la planta de Basauri, mientras que los trabajadores que se vean afectados por la suspensión de empleo recibirán el 90% de su salario tras aceptar la dirección de la empresa el abono de un complemento hasta alcanzar dicho porcentaje. El hecho de que el acuerdo cuente con el rechazo explícito de ELA y LAB -quienes incluso amenazan con impugnar el ERTE ante la autoridad laboral, aunque en este caso son minoría en el conjunto de la empresa- no es una buena noticia. De aprobarse definitivamente el acuerdo alcanzado entre patronal y sindicatos, es de esperar que la empresa esté en condiciones de afrontar un futuro de mayor estabilidad, dentro de una coyuntura muy complicada para la industria del acero en toda Europa, máxime con la competencia proveniente de China, a la que la UE aún no ha puesto coto pese a que hace unos meses aprobó la instauración de aranceles. Con todo, este acuerdo hubiese sido impensable si Sidenor hubiese continuado en manos de una propiedad ajena a la realidad socioeconómica de Euskadi y sin el compromiso de mantener y desarrollar la industria como base fundamental de su economía.
- Multimedia
- Servicios
- Participación