el otro día, viendo la tele, interminable sucesión de anuncios basados en el black friday estadounidense. ¿Qué pasa este año? Estupefacto ante la agresividad de la oleada consumista, porque el bombardeo era absoluto, indagué un poco hasta averiguar que los innumerables comerciantes que se han aferrado a esta campaña llevan nada menos que cuatro años intentando educarnos en este frenético periodo de rebajas anticipadas justo antes de la Navidad. Pero la cosa no había cuajado... hasta ahora. Por la amplísima y variada oferta da la impresión de que, efectivamente, Rajoy tenía razón y la economía se está recuperando por fin. Desde blusas y camisas hasta coches pasando por artilugios electrónicos y hasta tratamientos de belleza. Es cierto que por aquí no se han observado todavía esas interminables colas a las puertas de los establecimientos ni las encarnizadas peleas por unas pocas play station vendidas a precio de saldo. Quizá porque las rebajas no son en realidad demasiado impactantes -en torno al 20% promedié en la ristra de anuncios televisivos-. No tiran aún los precios aunque todo se andará, me temo. Compren y gasten que mañana será otro día. Para el que todavía consiga mantenerse cuerdo, mucha salud y mucho amor.
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