Al parecer en Hong Kong se ha vendido una plaza de garaje por la jugosa cifra de 565.000 euros. 12,5 metros cuadrados que hacen que el precio de las angulas la víspera de Navidad parezca calderilla en una urbe donde el mercado inmobiliario es inaccesible para el común de los mortales. No imagino el nivel de frustración que debe de generar buscar aparcamiento en una ciudad donde el precio de una plaza de garaje alcanza estos niveles. Pienso en Michael Douglas en Un día de furia. Lo del mercado inmobiliario me lleva al tema de moda estos últimos días, salvando las abismales distancias claro, el famoso piso de protección oficial comprado y vendido por el portavoz de Podemos en el Senado y candidato en las primarias del partido en Madrid, Ramón Espinar. No entraré en el meollo del tema, sino en algunas reacciones que me han llamado la atención desde el propio Podemos, atribuyendo la información al intento de influir en las primarias madrileñas en favor, se supone, de la otra candidatura, afín a Iñigo Errejón. Y me llama la atención porque la teoría de la conspiración, además de disparar contra el medio que da la noticia, acaba extendiendo la sospecha sobre el sector adversario. Espinar ha tenido que responder negando lo del “fuego amigo”... Pero fuego amigo o daño colateral, ahí queda.
