A la espera de que mañana sus señorías echen cerrojo a más de 300 días de interinidad -se dice pronto-, el debate de investidura, en el contenido, dejó más bien pocas novedades. 300 días mareando la perdiz dan ya para pocos conejos en la chistera y el apartado de episodios epatantes lo cubrió con creces el Comité del 1 de octubre del PSOE. Pero la sesión de ayer fue prolija e incluso significativa en la crónica de ambiente. Difícil lo tenía el portavoz socialista, que hace un mes se sentaba a la izquierda de Pedro Sánchez y el no es no. Sánchez ayer se sentaba en la tercera fila, junto a Patxi López, negándole ambos -y otros sanchistas- el aplauso a Antonio Hernando cada vez que sí lo hacía su grupo y solo le dieron cuartelillo al concluir su discurso. El anecdotario dejó el “vaya gilipollas” de Albert Rivera a Pablo Iglesias, después de que el segundo afirmara que “las dos instituciones a prueba de crisis son la Monarquía y el PNV, bien unidos por la cruz de Borgoña” e invitara a Rivera a “buscar en Google” qué significaba la alusión. Iglesias redondeó su paso por la tribuna con un “hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que fuera”. Y una de retranca mariana en respuesta al líder de Podemos: “En Twitter voy mejorando, y con los SMS me manejé peor, pero ahora también voy mejorando”, referencia al Luis sé fuerte. Ambientillo vaya.
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