Hoy, una de historias curiosas. La publicaba la semana pasada The Mirror. El protagonista es Jimmy Newell, nacido en Leeds, Reino Unido; padre de dos hijos, abuelo de cinco nietos y bisabuelo de ocho bisnietos. Y, según detalla la crónica, pionero de la informática durante la Segunda Guerra Mundial. Jimmy Newell falleció el pasado 11 de octubre. Había sido ingresado un par de semanas antes para ser operado de la cadera tras sufrir una caída. Tenía casi 103 años. Murió a las doce del mediodía. Justo la misma hora y la misma fecha en la que Newell nació en 1903. Su hijo Graham rememora que su padre solía contar que nació cuando el reloj del Ayuntamiento de Leeds daba las campanadas del mediodía aquel 11 de octubre de 1903 y que él mismo daba la mano a Jimmy cuando falleció en el hospital. Al fallecer, Graham llamó a su hijo para darle la fatal noticia y se dieron cuenta de que eran las doce del mediodía. Al parecer, las probabilidades de que una persona nazca y muera en la misma fecha y a la misma hora -se entiende que de forma natural, claro- es de una entre doscientos millones. Esta es la historia de Jimmy Newell, con su punto final, el punto final que tiene toda historia pero que en este caso tiene forma de un círculo tan perfecto como improbable.