La compra de Gerdau-Sidenor por Clerbil SL, grupo que aglutina a miembros del equipo directivo de la compañía en torno a quien será la nueva cabeza visible y director general de la misma, el hasta ahora consejero delegado José Antonio Jainaga, supone una buena noticia para una industria vasca necesitada de ellas. Lo es tanto por lo que supone la continuidad de la empresa y el mantenimiento del know-how de Sidenor en aceros especiales, incluido su división de investigación -referencia en nuevas tecnologías de la industria del acero-, como por el hecho de que el centro de decisión de la compañía siga en Euskadi. Que Clerbil se haya constituido con domicilio social en Bilbao servirá para que Sidenor siga contribuyendo a mantener el desarrollo de la industria vasca, especialmente en un sector castigado por las decisiones de deslocalización de otra compañía, Arcelor-Mittal, así como el peso de esa misma industria en nuestra economía; no en vano la siderurgia vasca factura unos 5.000 millones de euros, el 7,5% del PIB, y da empleo a 15.000 personas. A expensas del visto bueno de las autoridades de competencia, que se obtendrá en cuestión de semanas, la operación por la que el equipo de Jainaga se hace con la división de Gerdau en el Estado -incluye las plantas de Basauri, Azkoitia, Cantabria y Catalunya, con 2.200 empleos y una facturación anual superior a los 750 millones de euros- también supondrá un alivio para la industria auxiliar de nuestro país en un momento de dudas por las consecuencias de los ERE de Arcelor y por la situación del acero en Europa ante la irrupción en el mercado de los excedentes chinos, además de un acicate y una exigencia por cuanto la producción de Sidenor esté en tres cuartas partes destinada al sector automovilístico y se centra en aceros especiales de alto desarrollo tecnológico. De hecho, la venta no se produce a raíz del posicionamiento en el mercado de Sidenor sino por los problemas de la matriz Gerdau ante la mala coyuntura del mercado brasileño, en clara recisión, del que depende la mitad de sus beneficios antes de impuestos. En todo caso, la apuesta del grupo directivo que encabeza Jainaga es prueba evidente de la confianza en las posibilidades de la empresa y en el entorno socioeconómico en el que se inserta y con el que se ha desarrollado desde su fundación en los inicios del pasado siglo.
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