no sirven para esto. Ni los viejos ni los nuevos. Lo han demostrado a lo largo de cinco largos meses de postureos, rayas rojas, posturas maximalistas, incapacidad de negociación y, en definitiva, desprecio absoluto para los que les eligieron y, no se olviden, les pagan un sueldo por no arreglar nada. Rajoy solo pactará con quien asuma sus postulados, los que le llevaron a perder la mayoría absoluta por cierto. Un consenso a lo Piterman, ¿se acuerdan? que dejaba claro a sus subordinados en el Alavés que para seguir en el club tenían que limitarse a acatar órdenes, agachar la cabeza y dorarle la píldora. Patético el presidente en funciones. No menos desolador se presenta el panorama para el socialista Pedro Sánchez, el ciudadano Rivera o el morado Pablo Iglesias. Los tres han pecado de prepotencia en sus ansias de liderar el derrocamiento del PP. Al final se ha tratado solo de eso, de quién de ellos se erigía en presidente del Gobierno, en la luz o a la sombra. En lo que sí se han puesto todos de acuerdo, miren por dónde, es en mantenerse intactos los sueldos en este compás de espera hasta las próximas elecciones y en quedarse para su uso y disfrute de la tablet y el teléfono sufragados por todos hasta ver si vuelven a salir elegidos. Ahí no hay discrepancias, ya ven.
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