Miles de trabajadores vitorianos, andaluces, extremeños, castellanos, gallegos etc. y sus familias, con tres armas, la dignidad la razón y la unidad, se congregan en la asamblea de la iglesia de San Francisco. La huelga laboral que no política era el espejo de la lucha obrera, y el régimen temía su expansión, así que cortó por lo sano. Se gaseó la iglesia y los grises entraron incumpliendo el Concordato que prohibía el paso al templo de fuerzas armadas. Con una brutalidad inusitada fueron asesinados a tiros 5 trabajadores (en 13 tv les llamaron terroristas) y muchos heridos de bala que afortunadamente se salvaron. En la acera alguien escribió la palabra “JUSTICIA” con la sangre de un trabajador. Justicia que nunca llegó. El golpismo comenzó asesinando y terminó asesinando. La Transición que hoy cumple 40 año, se cobró 188 muertos institucionales, una Transición sin trincheras, batallas, guerra, tanques ni aviación, en tiempos de paz. Javier Verdejo, abogados de Atocha, Yolanda González, Gladys del Estal... Trabajadores y estudiantes desarmados e indefensos. La vergonzosa ley de amnistía del 1977 hace que los culpables (todos) mueran en la cama sin ser juzgados. Y la bajada de pantalones de la izquierda en la Constitución del 78, traicionando la República y aceptando la Monarquía contra la que habían luchado, lo dejó otra vez todo atado. Hoy los trabajadores están peor, los grandes jefes sindicales hibernan, una reforma laboral semiesclavista, la ley mordaza y el código penal, esperan al obrero que proteste o defienda sus derechos de una forma no correcta. El miedo paraliza, acabemos con el miedo para recuperar la libertad como homenaje a todos estos muertos, e iniciemos una auténtica transición sin traidores.
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