Con el año recién arrancado, la justicia ya se ve desbordada a causa de los casos de corrupción que abrieron el año. La corrupción no es solo la enfermedad que hiere a algunos partidos políticos o instituciones, sino que es el veneno que mata a España poco a poco. Somos un país afortunado que posee suficientes recursos naturales como para crear industria ganadera, pesquera, minera y agrícola. Tenemos estudiantes y trabajadores cualificados, competentes y no hay que olvidar que somos uno de los países que más horas trabaja en Europa. Aún así, la corrupción de nuestro sistema, de nuestro Gobierno hace que, aun siendo un país rico nuestra calidad de vida se vea malamente afectada debido al mal uso y derroche de dinero público. Muchas personas eligen culpar a un partido o a otro de la presencia de corrupción entre sus afiliados, lamentablemente no podemos culpar a un partido político de un hecho que en gran medida forma parte de la naturaleza humana, egocéntrica y corruptible. De lo que sí tienen la culpa los partidos en el poder es de las medidas tomadas ante la corrupción, el encubrimiento o la disminución del castigo al corrupto son cosas que afectan y perjudican no al partido, sino directamente a España y a los españoles. La corrupción, a pesar de ser una debilidad natural humana, ha de ser cazada y ajusticiada en son de proteger otra parte de la naturaleza humana como es la creación y protección de la sociedad.