El Gobierno Vasco ha hecho público un estudio sociológico con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El sondeo apunta datos realmente chocantes, de los que quizá deberíamos acordarnos cada vez que otra mujer es agredida, cada vez que otra mujer cae muerta, a manos de la violencia machista cuando nos preguntamos ¿cómo es posible, por qué? Porque algunas de las consideraciones que como sociedad hacemos en torno a este drama quizá sean un síntoma de aquello en lo que como sociedad estamos fallando a la hora de afrontarla. Por ejemplo, resulta que seis de cada diez vascos creen que el consumo de alcohol y drogas se relaciona con este tipo de violencia; seis de cada diez creen también que las agresiones tienen que ver con momentos de estrés o pérdidas de control del agresor y cuatro de cada diez opinan que hay muchas denuncias falsas. Elijo estos tres “mitos”, como los denomina el sondeo, porque aparecen según los resultados bastante aceptados socialmente y, qué curioso, de alguna manera todos ellos eximen de responsabilidad al agresor o cargan la culpa sobre la víctima. Hagámonoslo mirar, algo estamos haciendo muy mal si esta es nuestra respuesta a un drama que nos afecta a todos como sociedad.